Cambiar de tajo el devenir de la vida
Los lances de una generación de universitarios que vivieron a fines de los años sesenta y principios de los setenta del siglo XX se salvan del olvido gracias a los once cuentos de Nosotros los de entonces, de Cris Villarreal Navarro, publicados originalmente en 1983 por la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL y reeditados en 2018 por el Fondo editorial Nuevo León en su colección Coetáneos.
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Desde “SOS” (el primer relato), la autora crea una zona memoriosa donde los retazos del pasado se pronuncian y gritan para ser escuchados, difícil imaginar que ahora los estudiantes de la UANL tengan una postura política abierta (no son tiempos para pensar eso, ahora hay que ver cómo sobrevivir a las pandemias, las post pandemias, los daños colaterales y las secuelas, pero sobrevivir a algo no es lo mismo que luchar por algo); a eso le llaman conciencia los nostálgicos que como yo que lamentan los compromisos sociales abandonados desde hace décadas por los jóvenes —por supuesto que esta es una opinión rebatible; las preocupaciones que acaparan el activismo juvenil ahora se instalan en derechos de igualdad para las mujeres, protección de los animales, movilidad, reciclado, etcétera. Y gracias a la tecnología pueden resultar más cómodas (solo con dar un clic en redes sociales puedes ser considerado activista) pero no sabemos si más efectivas.
Entonces, este testimonio literario, riguroso desde su escritura y publicación inicial, obtuvo un carácter histórico al que ahora se le hace justicia. Y esto sucede porque la obra de Villarreal Navarro cumple la función de la literatura de apropiarse de la realidad y movernos las entrañas, como cuando escribe: “Como que no le gusto ver pegada en mi closet la leyenda EN UN RÉGIMEN DE LIBERTAD LOS HOMBRES VIVEN, ESTUDIAN Y TRABAJAN MEJOR QUE EN UN RÉGIMEN DE REPRESIÓN”.
El precio a pagar
A través de un doble propósito este libro narra y nos recuerda que podemos ser capaces de auto reconocernos a través de la historia, estos cuentos, estas historias nos indican que no es lo mismo la reflexión que la expresión y no es lo mismo tampoco el pensamiento que el lenguaje, pero así como tenemos deudas históricas morales, también hay un precio a pagar por lo que hicieron nuestros iguales antes de nosotros; entendamos que la revaloración de la identidad (¿tenemos una en estos tiempos?) indaga en lo humano. Dostoievski se preguntó una vez “¿Cuánto de humano hay en un ser humano y como proteger al ser humano que hay dentro de ti?”
Uno se construye con lecturas, con recuerdos, el mundo está enfermo y no es en este momento una metáfora, lo está desde hace tiempo podrá alguien rebatir, el mundo está enfermo y al fin lo padeció ¿o lo reconoció?, el asunto es que nosotros somos el mundo.
La definición de tu compromiso
Cris Villarreal escribió desde los años ochenta sobre nosotros, antes incluso de que fuéramos nosotros, escribió con el convencimiento y el compromiso de refundarnos en una nueva creencia, en una nueva conciencia, confiando en el poder de la palabra sin deformarse ante presiones o fuerzas externas, reconocer nuestras realidades es la principal tarea de los ciudadanos lectores y de los lectores que aspiran a ser ciudadanos conscientes; este libro debe de ser el nosotros de nuestro yo, este libro, con un lenguaje sencillo y luminoso, es un buen camino, o mejor dicho: un abridor de caminos, por cierto esta podría ser una definición de valentía, de las palabras siguen los hechos porque ya va siendo hora de recuperar la vida como una asociación de gente que sueña parecido, esta obra con valor documental retrata el sacrificio de los deseos contrapuesto con la renuncia de los ideales: esta obra retrata a personajes perseguidos incompletos retrata pues cosas irrepetibles que nos suceden en la vida, como la juventud.
AQ