En este mar me sumerjo,
lavo mi herida,
evoco la memoria primigenia,
penetro a su abismo.
Un castillo de arena me aguarda
y se derrumba a mi paso.
Medusas iluminan mi ruta de sal,
de piedras pulidas por el peso del agua,
de estrellas sin noche.
En este mar bebo
un agua que endurece la lengua,
que pronuncia el silencio,
que convierte la luz en un océano
contenido en la boca.
De este mar emerjo
adherida a la roca,
con la huella de abismos
y la sombra de náufrago.
ÁSS