I
En 2023, a los catorce años de edad, Mateo Hurtado Castillo mostró su talento como pianista en el bellísimo Salón de Recepciones del Museo Nacional de Arte. Hace dos semanas confirmó su gran nivel interpretativo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, y el domingo 21 de julio, a las 16:00 horas, se presentará con entrada gratuita en el Museo José Luis Cuevas (Academia 13, Centro Histórico). En fechas por definir estará próximamente en Morelia, Ciudad Victoria y Alburquerque. Oportunidades imperdibles para ver y escuchar a Mateo en vivo.
Por azares y azahares del destino, Mateo nació en Boston y radica en Alburquerque, Nuevo México, con sus papás José Luis Hurtado y Zaira Castillo, él de San Luis Potosí y ella de Tamaulipas, ambos pianistas.
Mateo ha recibido premios en concursos realizados en ciudades de México, Alemania, Irlanda, Estados Unidos, España, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Reino Unido.
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II
Mateo me dice: “El concierto en la Sala Ponce fue el mejor regalo que pude tener por los 15 años que acabo de cumplir”.
Ojalá que todos los adolescentes fueran así, porque tal obsequio él mismo se lo ganó con muchas horas de ensayos con piezas de Bartók, Beethoven, Lecuona, Rajmáninov, Debussy, Villa-Lobos y un encore de Bill Evans (“Peace piece”).
Aquí, un ping-pong con el pianista adolescente:
¿De qué compositor te llevarías solamente una partitura a una isla desierta?
De Rajmáninov. Y si fueran dos, la otra sería de Chopin.
¿Nunca has odiado al piano luego de ensayos extenuantes?
No. La verdad es que practico con mucho gusto y no me cansa.
La mayor enseñanza que te han dado tus papás.
Siempre me han dicho que haga mi mayor esfuerzo en cualquier cosa que haga, ya sea música, pintura, deportes, etcétera.
¿Qué tienen en común la música y las artes plásticas?
La libertad. Tú eliges la forma en cada caso, incluso cuando tocas una partitura.
¿Cuál es el libro que leíste más recientemente?
Matar a un ruiseñor. Me lo dejaron leer en la escuela y también nos proyectaron la película. Trata principalmente de racismo.
Un pintor.
Jackson Pollock.
Un escultor.
Mi abuelo, Salvador Castillo.
Una película.
Porco Rosso, de Miyazaki.
¿Cantas arias en la regadera?
No me gusta la ópera, aunque acabo de ir a ver Carmen en Estados Unidos y sí me gustó.
¿Eres más feliz en Estados Unidos o en México?
En México, definitivamente.
¿Te has visualizado tocando en la sala principal del Palacio de Bellas Artes?
Sí, eso se lo acabo de comentar a mis papás.
¿Qué te gusta de Bill Evans?
Sobre todo, sus improvisaciones y variaciones. Miles Davis dijo de Bill Evans: “Toca notas como cristales”.
Un gusto musical culposo.
Me gustan los Beatles, Queen, Caifanes, Mecano. Oigo muchas cosas.
Del 1 al 10, ¿qué tal bailas?
Cero.
Tres deportistas.
Tiger Woods, Usain Bolt y Messi.
III
La historia profesional y amorosa de José Luis Hurtado y Zaira Castillo es interesante. Él es de Ciudad Valles, San Luis Potosí, y ella de Ciudad Victoria, Tamaulipas. Como estudiantes de piano se conocieron en el Conservatorio de las Rosas, en Morelia.
En el Conservatorio de las Rosas, José Luis tomó clases de composición con Emil Awad y luego ese maestro se convertiría en coordinador de la Maestría en Música de la Universidad Veracruzana.
En Xalapa, José Luis hizo una maestría en composición y ahí conoce al argentino Mario Davidovsky, quien asistió a la capital de Veracruz como invitado a un Festival de Música Contemporánea. El sudamericano era el responsable del área de composición de la Universidad de Harvard e invitó a José Luis para que ahí hiciera un doctorado.
José Luis Hurtado dejó de ser un pianista de tiempo completo para convertirse en compositor de música nueva, que ha sido interpretada y grabada por solistas y ensambles de varios países; además, fue maestro en Harvard.
Proveniente de una familia de músicos, ha sido beneficiario de varios estímulos como la beca Guggenheim y en la actualidad es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte en México. También es maestro en la Universidad de Nuevo México, en Alburquerque, donde vive con su esposa e hijo.
Zaira Castillo Malibrán tiene padres dedicados a las artes plásticas, quienes tuvieron el tino de dejarla elegir su destino pianístico.
Desde el vientre materno, Mateo escuchaba las clases de música que su mamá daba a niños y adolescentes. Actualmente él estudia el equivalente al primer año de preparatoria y toma clases de piano con sus papás desde siempre. En un par de años decidirá si cursa una licenciatura musical en alguna universidad de Estados Unidos.
IV
Por solo 20 pesos, en la Sala Manuel M. Ponce disfruto del virtuosismo de Mateo y veo a sus papás de pie, muy emocionados, tomando fotografías y grabando pasajes del concierto.
Por un momento imagino que Zaira Castillo y José Luis Hurtado son un par de campesinos que contemplan con mucho orgullo la cosecha temprana de lo que ellos sembraron y han abonado durante tres lustros.
AQ