Aquella muchacha
que se pintaba los ojos negros
en el espejito del auto
aún sonríe para mí.
No estoy seguro
de que sus ojos fueran negros
y no más bien cafés
o de que usara el espejo del auto
y no un espejito que traía en su bolsa…
solo recuerdo su sonrisa.
No estoy seguro
de que en sus manos lucieran
solo dos anillos…
tal vez eran más;
o acaso cambiaba
—esto es lo más probable—
de anillos con frecuencia.
No estoy seguro
de que ella vistiera
un saco rojo,
pero sí puedo ver con claridad
sus pantalones de terciopelo
verde oscuro.
Y estoy seguro —eso sí—
de que traía el largo pelo suelto.
Recuerdo el viento…
Pero al paso del tiempo es imposible
distinguir los recuerdos
que vienen de la experiencia
de los que construye la imaginación…
para nuestro cerebro son la misma cosa.
Por eso hay recuerdos
que provienen del futuro.
La memoria no puede ser tan pobre
como para que solo funcione
mirando hacia atrás.
AQ