El amor pronosticado
toma la forma de un nudo de serpientes.
En la bola de cristal se miran:
la sonrisa elaborada
y las caricias que rompen la rutina,
pero no
la bestia aplica en la garganta magistral
su mordedura
y la piedad fluida de la sangre
nos recuerda
que el corazón traiciona
60 veces por minuto.
RP