Ser tiempo al ir de viaje por el mundo
con la voz entregada del olvido,
un testigo en el silencio rotundo
que guarda los instantes que se han ido.
Verbo, canción señora de palabra
que nunca se equivoca con los versos,
rosa de aire que con perfumes labra
la caricia invisible de los rezos.
Vivir y ser del suelo de los deudos,
de sombras amorosas invencibles:
vigilias de otro rumbo que no vemos.
Amar y ser amante de los sueños
que en las fieles palabras invisibles
elevan sinsentidos que entendemos.
ÁSS