Nadine Sierra y el largo camino para interpretar a Violetta en ‘La traviata’

Música

La soprano estadunidense se presentará en la MetOpera, una función que se podrá ver en México en transmisión directa en el Auditorio Nacional.

Nadine Sierra se ha presentado en México en la sala Nezahualcóyotl y el Cervantino. (Foto: Marty Sohl | The Metropolitan Opera)
Ciudad de México /

La soprano estadunidense Nadine Sierra enfrenta el rol más difícil hasta ahora de su carrera, la Violetta Valéry de La traviata, con mucha humildad, pero también con gran seguridad sobre lo que quiere para el futuro: abordar muy lentamente próximos retos con papeles más dramáticos, como Mimí, la protagonista de La bohème con la que se enamoró de la ópera de niña cuando se la mostró su abuela.

Siempre generosa y gentil, Nadine Sierra conversa otra vez con este reportero, ahora sobre la nueva producción de La traviata a cargo de Michael Mayer, en la Metropolitan Opera de Nueva York, que podrá verse en México y en el Auditorio Nacional este sábado 5 de noviembre, a las 11 horas, en transmisión en vivo desde la Gran Manzana y en la que comparte escenario con el tenor Stephen Costello (Alfredo Germont) y el barítono Luca Salsi (Giorgio Germont), con Daniele Callegari al frente de la orquesta.

Un reto que asume después de haber contraído tres veces covid-19, lo que recuerda cada vez que interpreta la escena final de La traviata cuando el personaje de Giuseppe Verdi muere de tuberculosis.

Apenas la temporada pasada de la MetOpera, Sierra (Fort Lauderdale, 1988) protagonizó, en función transmitida a más de 70 países el 21 de mayo, Lucia di Lammermoor, con el tenor mexicano Javier Camarena en esta ópera de Donizetti con la que habían debutado meses antes en Gran Teatre del Liceu.

De madre portuguesa y padre puertorriqueño, la soprano habla sobre su presentación ahora en La traviata (1953) encarnando a la heroína de la ópera más famosa de Giuseppe Verdi, con libreto escrito por Francesco María Piave a partir de la novela La dama de las camelias (1852), de Alexandre Dumas hijo, sobre una cortesana que renuncia a su última oportunidad de amor antes de morir de tuberculosis.

Nadine debutó en el rol de Violetta Valéry en septiembre de 2021 en el Teatro del Maggio Fiorentino, en una producción de Davide Livermore —muy diferente a la de la MetOpera—, en la que la heroína regenteaba un burdel, con Franceso Meli y Leo Nucci de coestelares bajo batuta de Zubin Mehta.

La puesta en escena de Mayer se ambienta en la época en que Verdi compuso La traviata, de hecho, es la primera ópera en usar vestuario y escenografía contemporáneos al mundo de su estreno.

—Apenas en mayo protagonizó Lucia di Lammermoor en la MetOpera y también su función final se transmitió en vivo a más de 70 países. ¿Cómo se siente cantar para el mundo y no solo para un teatro?

Me siento muy bendecida y agradecida con la Metropolitan Opera y con Peter Gelb (gerente general), por darme la oportunidad de hacer algo así. Ambos roles (Lucia y Violetta) son muy difíciles para cantar; y también icónicos: son dos muy famosos roles para soprano, y estar apta para interpretarlos con tan pocos meses de diferencia es algo grande, muestra que hay confianza entre la MetOpera y yo, por lo que estoy muy agradecida por su apoyo y la fe puesta en mí de que realmente puedo hacerlos y hacerlos bien. Me siento muy agradecida y humilde con esto.

La traviata, la ópera más popular del mundo a pesar del fracaso cuando Verdi la estrenó en La Fenice hace 170 años, es el sueño de toda cantante de ópera. Supongo que también para usted que, como tituló su álbum donde incluye las arias más famosas de Violetta, fue Made for opera.

Sí, por supuesto, soñaba con el papel. Cuando era muy joven, obvio, soñaba con hacer tantas óperas porque me enamoré de la ópera cuando tenía 10 años. Quería hacer Mimí (La bohème), Violetta, por supuesto, Lucia (Lucia di Lammermoor), Gilda (Rigoletto)... Quería interpretar todos estos personajes porque quería ser como mis ídolos: Mirella Freni, Renata Scotto, María Callas, Joan Sutherland, todas estas mujeres que me inspiraban vocalmente; quería bucear en este mundo del que ellas me hicieron enamorar. Y sí, Violetta fue definitivamente una de ellas. Pero, también siempre supe que Violetta era extremadamente muy difícil, así que esperé por mucho tiempo para interpretar La traviata.

—¿De qué manera conecta a Lucia con Violetta?

En la manera en que ambas están todo el tiempo en el escenario, así que debes contar con la stamina vocal (aguante) para interpretar a ambas. Y también en que ambas atravesaron ciertos problemas femeninos durante sus respectivas épocas en que se desarrollan sus historias, enfrentaron situaciones en las que no siempre podían escoger la forma en que ellas querían vivir sus vidas; estaban atrapadas en sus roles femeninos, sus sociedades eran dominadas por los hombres, y de alguna manera ambas perdieron sus vidas debido a esto. Así que ambos personajes abordan el tema de la opresión femenina. Además, vocalmente, son muy demandantes y debes tener como cantante la técnica para interpretarlas.

—Violetta Valéry era una cortesana, una libertina, como se decía en el siglo XVIII. Usted es feminista y activista. ¿Cómo puede un personaje así ser comprendido por jóvenes del siglo XXI?

Ella puede ser comprendida de esta manera. No vamos a decir que es una cortesana, en los tiempos modernos la palabra que usaríamos para ella sería “prostituta”. Si estás consciente de esto… Una vez escuché una frase que creo que es muy cierta: “Aceptamos el amor que creemos que merecemos”. He conocido muchas chicas jóvenes, como yo, que tienen relaciones con gente que solo las utilizan para ciertas cosas (sexo, dinero, lo que sea) y realmente no aman a sus parejas. Y estas jóvenes se quedan con estas personas durante mucho tiempo, y sienten que es el amor que se merecen. Violetta, cuando conoce a Alfredo, se da cuenta de que él se preocupa por su bienestar, se preocupa por ella, él le muestra una forma de amor al que ella no está acostumbrada, porque ella está acostumbrada al amor en el que es usada todo el tiempo. Y esto lo tenemos hoy; en la sociedad actual, hay gente constantemente, en todo el mundo, que se involucra en este tipo de relaciones, y finalmente se despiertan y se dan cuenta de que se merecen otra forma de amor y una pareja que se preocupe por ellas y las cuide y esté ahí para ellas. Conozco chicas que están atravesando por eso, e incluso yo he pasado por relaciones como esa, en las que llegué a la conclusión de que merecía algo mejor. Así que creo que es un giro moderno de Violetta en nuestros días. Todos merecemos un amor verdadero y compañía real.

La traviata hasta aparece en la película Pretty Woman (1990), donde el personaje de Richard Gere (Edward Lewis) lleva a verla a Vivian (Julia Roberts) a la Ópera de San Francisco. ¿Qué opina de esta frase que dice él a ella?: “Las reacciones de la gente a la ópera pueden ser muy dramáticas la primera vez que la escuchan: o la aman o la odian. Si la aman, siempre la van a amar; si no, habrán aprendido a apreciarla, pero nunca será parte de su alma”.

Mmm, mmm. ¿Sabes? Tengo que estar en desacuerdo con eso. Por la forma en que la ópera es actualmente, en el sentido de que como cantantes es tan importante también actuar en el escenario, por la forma en que introducimos a la audiencia en lo que pasa, y por la manera en que retratamos a los personajes. Ya no solo nos paramos y cantamos inmóviles; hoy movemos nuestros cuerpos, tratamos de hacer comprensibles a los personajes. (Por ello) conozco a muchísima gente que me ha dicho que en su primera experiencia con la ópera amaron absolutamente a la ópera. En la actualidad, debido a cómo somos tan teatrales en el escenario, creo que más que nunca tenemos una reacción positiva de la gente sobre la ópera, por lo que la gente quiere regresar a ver más ópera, porque quedan tan sorprendidos de la forma en que se enamoraron de la ópera. Al menos esa ha sido mi experiencia.

—¿Sugeriría La traviata como la mejor opción para atraer nuevas audiencias a la ópera, para ver por primera vez ópera en un teatro?

La traviata es muy buena opción. Pero debo decir que si tuviera que elegir, escogería La bohème. Digo esto porque fue la que me introdujo a mí en mi infancia a la ópera y me hizo enamorarme de la ópera. La bohème, y quizás cualquier ópera de Puccini; él realmente compuso para el teatro, todo lo que tú ves que pasa en las óperas de Puccini no son cosas que pasan por los personajes en sí mismos, sino directamente lo que está pasando en el escenario con la música. Así que él fue verdaderamente un compositor muy teatral. Y creo que hay algo sobre eso que realmente ayuda a tener una experiencia completa cuando alguien ve por primera una ópera, para hacerlo sentir inmerso en la historia y también dentro del teatro y el drama.

—Las producciones de Lucia di Lammermoor y de La traviata en que participó este año son muy distintas en cuanto a época en que se ambientaron, el vestuario… ¿en cuál se sintió más cómoda?

Lucia fue extraordinariamente difícil en lo físico, porque pasaban muchas cosas en el escenario. Y teníamos las cámaras enfrente de nosotros, tomándonos perspectivas realmente muy cerca; no solamente tuvimos que ser cantantes de ópera, sino casi casi actores de película. Eso fue muy difícil. Tenías que enfocarte en tu voz, pero también enfocarte bastante en tu actuación. Eso me quitó mucho de mí, debo decirlo, realmente lo hizo. Incluso el escenario se movía mucho al mismo tiempo, teníamos que enfrentar ese movimiento y cantar. Así que esta producción de La traviata físicamente es más fácil de ejecutar. Pero, esto no significa que no haya disfrutado yo Lucia, la disfruté muchísimo. Y también debo decir que esa producción realmente me ayudó a emprender La traviata, me refiero a cantar muy diferente a como hacía antes, y también la forma en que actuó ahora es diferente a cómo era antes de la producción de Lucia, porque fue un reto que me hizo crecer mucho. Así que Lucia fue una experiencia extremadamente valiosa para mí en lo personal.

—Respecto a su rol ahora ¿qué cree que anhela más Violetta Valéry: amor, libertad, respeto?

Creo que todas las cosas que mencionas. Ella nunca imaginó que un mundo así fuera posible para ella. Y al momento en que Alfredo se presenta ante ella, es como un shock a su sistema, no solo porque estas cosas ella no las tenía en su vida en relación con los hombres, sino porque al tener estas cosas ella podía prolongar su vida, puesto que ella está muy consciente de que está enferma, de que va a morir, la pregunta es cuándo. ¿Sabes? Está científicamente probado que cuando sientes una diferente forma de energía: amor, felicidad, alegría, risa, mejora la calidad de tu vida, si estás enfermo, si estás moribundo. Realmente puede mejorar la calidad de tu vida. Así que creo que ese es el caso de Violetta. Es realmente muy triste cuando la alejan de su vida, cuando ella no puede vivir la vida que ella quiere.

—Y sin duda la muerte de Violetta es una de las escenas y arias más tristes de la ópera. Ella murió de tuberculosis, la pandemia del siglo XIX. ¿De qué manera influyó en usted la pandemia que nosotros hemos padecido en nuestra época, para interpretar esa escena tan icónica de la ópera?

Yo tuve covid-19 tres veces. Así que sé cómo es. Y entendí cuán valiosa es la salud, que no es algo para dar por sentado. Cuando llego a ese último acto, obviamente pienso en lo que todos padecimos en el mundo por causa de la covid. Incluso todavía hay miembros de mi familia que siguen luchando después de contraer covid, y yo los veo, veo lo que les está pasando y las posibilidades que tienen o no para el futuro. Así que sí pienso en ello. Y ciertamente eso me ayuda a hacer esa escena más creíble, porque es algo que hago durante esa escena, hago muy obvio que soy incapaz de respirar, porque Violetta no puede respirar. No es algo que otras Violettas hagan. Hago una suerte de sonido cuando respiro en esa escena, para mostrar cómo se encuentra afectada la capacidad pulmonar. Y sí, saqué esa idea de cuando tuve covid-19.

—Después de interpretar a tres de las grandes heroínas de la ópera Gilda, Lucia y, en especial, ahora Violetta, ¿qué significa para usted la palabra: “Diva”?

Solo significa que tengo que seguir. Siempre hay trabajo por hacer, nunca parar. Y si quiero continuar cantando roles como el de Lucia, Gilda, debo mantener la salud de mi voz. Y, por supuesto, Violetta es el más pesado rol que he interpretado, y pienso si podré interpretar roles más pesados que el de Violetta. La respuesta es sí, sí puedo. Porque he llegado a la edad en que la voz está realmente desarrollada y puedo cantar Mimí ahora o incluso Desdémona (Otelo, Verdi), que vienen ya, pero piano, piano, siempre voy muy lentamente en mi repertorio, porque quiero estar segura, no quiero ponerme yo misma en una situación que no pueda manejar vocalmente y dañe mi voz. Mantendré las Gildas que tengo agendadas para el futuro, y las Lucías, las Norinas (Don Pascuale, Donizetti)...; mantendré esos roles porque son muy saludables para la voz, aun cuando ya sean probablemente demasiado ligeros para mí, pero mientras pueda cantarlos y pueda cantarlos bien, y mantengan la salud de mi voz consistente, continuaré manteniéndolos en mi vida. E iré muy, muy lentamente en un repertorio lírico mayor. Solo quiero mantenerme sana, no quiero presionarme demasiado y después arrepentirme porque dañé mi voz, eso me devastaría. Así que iré lento, muy, muy lento.

ÁSS

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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