Hoy fui al museo a ver la obra de Ulises Carrión
y luego a un festival de poesía a comprar libros,
y no hubo un sólo momento en que no te extrañara
y sintiera ganas de llorar.
Excepto, cuando estaba frente a una buena obra de arte,
o un buen poema,
o cuando vi varios rehiletes girando.
Todas estas cosas se parecen mucho.
Todas, si me concentro,
o sólo me calmo un poco,
me conducen a ti.
“No hay vida y arte. Sólo vida”.
ÁSS