Palabra de Pritzker

Entrevista

En su reciente libro, el periodista catatán Llàtzer Moix reúne 23 conversaciones con 23 ganadores del llamado Nobel de Arquitectura, un libro imprescindible para los amantes de esa disciplina artística.

Portada de 'Palabra de Pritzker. Conversaciones con 23 ganadores del principal premio de arquitectura'. (Foto: Twitter @llatzermoix)
Ciudad de México /

Llàtzer Moix (Sabadell, 1955), quien fue, por décadas, director de la sección cultural de La Vanguardia y subdirector del diario catalán, publica una entrega más de sus saga sobre arquitectura contemporánea, una joya que será referencial no solo para esa disciplina artística, sino para el periodismo: Palabra de Pritzker. Conversaciones con 23 ganadores del principal premio de arquitectura (Anagrama, 2022).

El volumen de casi 550 páginas, con fotografías de obras icónicas de los premiados, abarca desde 1989, cuando el inglés Frank Gehry se hizo acreedor al reconocimiento creado en 1979, hasta el último merecedor del llamado Nobel de la Arquitectura, el burkinés nacionalizado alemán Diébédo Francis Keré, quien justo el pasado 15 de marzo recibió la noticia que había ganado el premio.

Las 23 conversaciones que Moix sostuvo, en España, Inglaterra o América, revelan detalles no solo de obras en todo el mundo que consolidaron las famas y acumularon los reconocimientos de sus creadores, también dan cuenta de sus visiones morales y sociales de la arquitectura y del arte poética de cada uno, amén de que a lo largo de las conversaciones surgen detalles y anécdotas de las vidas y obras de ellos.

Los entrevistados —casi todos de manera presencial y en conversaciones sostenidas expresamente para el libro, salvo en cinco casos que fueron por correo electrónico y uno por videoconferencia— responden las preguntas e inquietudes del periodista con la confianza de hablar casi con un igual, pero él logra llevarlos a exponer sus ideas sobre la arquitectura de una manera que el libro es para cualquier lector.

En Palabra de Pritzker no hay desconocidos: Gehry, Alvaro Siza Vieira, Tadao Ando, Rafael Moneo, Renzo Piano, Jacques Herzog, Glenn Murcutt, Paulo Mendes da Rocha, Richard Rogers, Jean Nouvel, Peter Zumthor, Kazuyo Zejima, Eduardo Soto Moura, Wang Shu, Toyo Ito, Shigeru Ban, Alejandro Aravena, Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Villalta (RCR Arquitectes), Balkrishna Doshi, Yvonne Farrell y Shelley McNamara (Grafton Architects), Anne Lacaton, Jean-Philippe Vassal y Kére.

Quizás el más famoso para los mexicanos en el libro sea el inglés Norman Foster (Manchester, 1935), a quien Moix, siempre informado sobre éxitos, fracasos y desilusiones de sus entrevistados, pregunta:

—¿Cómo reaccionó al perder un proyecto como el del aeropuerto de Ciudad de México, en 2018?

“La decepción que genera la cancelación de un proyecto como el que menciona es, por supuesto, muy profunda. No solo porque el proyecto era revolucionario en su escala, en su forma y en las dimensiones de su estructura. Ni siquiera porque habíamos invertido mucho tiempo y energía en el diseño. Lo más indignante fue saber que costaba más cancelar el proyecto que terminarlo, y que la alternativa propuesta no era racional ni viable”, responde el arquitecto que estuvo a cargo de la realización del hoy fallido Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) durante el gobierno de Enrique Peña Nieto y que antes había realizado la terminal aérea de Stansted, en Londres, Inglaterra.

Llàtzer Moix empezó a escribir sobre arquitectura en el diario La Vanguardia en enero de 1985, a raíz de una visita a Barcelona del estadunidense Richard Meier, que a la postre construyó el Museu d’Art Contemporani en el barrio del Raval, inaugurado una década después. Desde entonces, ha publicado obras ya icónicas del periodismo en español sobre la materia, como La ciudad de los arquitectos (1996), a propósito de la transformación urbana y arquitectónica de Barcelona ante los Juegos Olímpicos de 1994; Arquitectura milagrosa (2010), sobre el boom de la arquitectura en España tras la apertura del Museo Guggenheim en Bilbao, obra de Gehry, o Queríamos un Calatrava (2016), sobre el valenciano Santiago Calatrava (Beninámet, 1951), premio Príncipe de Asturias de las Artes 1999.

—El Pritzker fue creado en 1979 por iniciativa original del profesor universitario y crítico de Esquire, Robert Carleton Smith (1908-1984), que propuso su idea al magnate hotelero Jay A. Pritzker y su esposa Cindy, cuyo hijo mayor, Tom, desde 1999 sigue auspiciando el mayor premio a la arquitectura.

Moix expone cómo se ha desarrollado la entrega del Pritzker a lo largo de sus 40 ediciones, desde que se entregó por primera vez al arquitecto estadunidense Philip Johnson en 1979 (al año siguiente lo recibió Luis Barragán, el único mexicano hasta ahora en obtener ese reconocimiento).

“El Pritzker puede dividirse grosso modo, y desde un punto de vista cronológico, en tres etapas: aquella inicial en la que fueron premiados los clásicos —entonces— vivos (Philip Johnson, Luis Barragán, James Stirling, Kenzo Tange, etcétera); la posterior de los más rutilantes astros del star system (Frank Gehry, Renzo Piano, Norman Foster, Rem Koolhas, Herzog & De Meuron, Zaha Hadid, Jean Nouvel…); y, en los últimos años, la de los arquitectos en cuya obra han primado las preocupaciones asistenciales, sociales, poéticas, históricas (Shigeru Ban, Alejandro Aravena, RCR, Balkrishna Doshi, Lataton & Vassal, Diébédo Francis Keré…) y, por supuesto, medioambientales”, expone Moix en su introducción.

Cuenta Llàtzer Moix que empezó a realizar las entrevistas en la primavera de 2018, cuando el cuadragésimo Pritzker recayó en el indio Doshi.

“Para entonces, un tercio de los laureados —entre ellos, maestros como Luis Barragán, Kenzo Tange, Aldo Rossi u Oscar Niemeyer— habían fallecido ya. Podía por tanto aspirar a reunir una treintena de conversaciones. Pero eso quizá hubiera generado una obra demasiado voluminosa, por lo que decidí seleccionar alrededor de una veintena”.

Cabe destacar la presencia en el libro de arquitectas ganadoras del Pritzker en el libro, aunque por desgracia Moix no incluyó alguna entrevista con la iraquí Zaha Hadid debido a que ella murió en 2016.

Una gran anécdota que cuenta el periodista ocurrió en la entrega del premio en 1991, en México.

El Pritzker “concedido en exclusiva a Robert Venturi, pese a que este autor norteamericano firmó una parte importante de su obra junto a Denise Scott-Brown, su esposa y socia (o con John Rauch). En el discurso de aceptación, Venturi desgranó una larga lista de agradecimientos, en la que incluyó hacia el final a Scott-Brown, sin reivindicarla explícitamente como merecedora de compartir con él los laurales del premio. La arquitecta estuvo presente en la gala de entrega, celebrada en el palacio de Iturbide de Ciudad de México, y amenizada con tres canciones de la legendaria cantante Lola Beltrán, que abandonó la escena sin dirigirse expresamente al premiado, acaso en una espontánea manifestación de solidaridad de género con Scott-Brown”.

AQ

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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