Si yo pudiera decir todo esto en un poema,
si pudiera decirlo, si de verdad pudiera,
si decirlo pudiera,
si tuviera el poder de decirlo,
¡qué poema, Señor!
¿Quién te lo impide, muchachito?
Anda: desnúdate, para qué más remilgos,
qué clase de hipocritón gomoso quieres ser,
lanza la rima y la moral al inodoro,
anda, circula.
¡Qué gran poema!
¡Qué poemota sería!
Si pudiera, siquiera, si pudiera
poner la letra primera,
lazar como a una vaca ese primer concepto, si pudiera empezarlo,
si alcanzara, malditos,
cuando menos, a tomar la pluma,
¡qué poema!
Además de su extensa obra como escritor, de Eduardo Lizalde destaca su labor al frente de la Compañía Nacional de Ópera del INBA y de la Biblioteca de México José Vasconcelos. En 1970 recibió el Premio Xavier Villaurrutia por El tigre en la casay en 1988 el Premio Nacional de Literatura y Lingüística.