No suelo dar consejos,
los míos se alimentan
de las hierbas que rumia
una memoria jorobada.
Sigo a los astros:
el presente
es fatiga.
Soy un lento camello
que ha visto más arena
que espejismos y oasis;
un lento camello
montado por los años.
Con una sed antigua
arribo a un venero
y hundo mis belfos
las horas en el agua,
para salir
de la sombra a la sed
de la frescura al fuego.
En la berrea,
con el hocico abierto,
combato a mis rivales
a mordiscos
y a mordiscos
someto a las hembras.
En el camino, en cambio,
si no soy educado,
soy silencioso y paciente:
sin apenas
despegar los labios
mastico mi sed
con la boca cerrada
por esos mismos dientes
que en el celo mordían.
AQ