Detendría la luz.
Si pudiera.
Detendría la luz en ese instante en que el sol dora apenas
las copas de los árboles.
¿Entiendes lo que digo?
Poco después del amanecer, detendría la luz.
Saldría, entonces, a la calle
a celebrar para siempre el nacimiento del día.
Tal vez habría rastros de una lluvia imprevista
y yo pensaría en las lavandas de mi balcón.
Y pensaría “qué raro que llueva en enero”
Y detendría la luz.
Si pudiera.
¿Entiendes lo que digo?
Festejaría el comienzo.
Luego, nada más:
Un comienzo eterno.
No quiero otra cosa.
Con el sol que apenas asoma
con restos de lluvia de anoche
con las lavandas que están aprendiendo a perfumar.
AQ