En qué parte de la vida
recibieron las primeras fichas,
esos hombres
(nube de cuerpos
con sombrero y zapatos descuidados),
más que jóvenes, viejos,
chanceando alrededor de la banca sur
del parquecito central.
En qué sitio de ambiguas horas,
situaciones diversas,
midieron, sus yemas y falanges,
la falaz geometría de las piezas
de plástico o madera.
Esos hombres:
niños en el armado-desarmado
del ajedrez cotidiano.
AQ