Entonces guárdame en ti
en los torrentes más secretos que tus ríos levantan
y cuando ya de nosotros
solo quede algo como una orilla
tenme también en ti
guárdame en ti como la interrogación de las aguas
que se marchan
Y luego: cuando las grandes aves se derrumben
y las nubes nos indiquen
que la vida se nos fue entre los dedos
guárdame todavía en ti
tenme en ti, en la brizna de aire que aún ocupa tu voz
dura y remota
como los cauces glaciares en que la Primavera desciende.
AQ