Ryha Ludis fue la primera mujer en descender 1400 pies bajo tierra en una mina. Lo hizo como preparación para ejecutar un mural en México y lo hizo, también, para superar el prejuicio que existía “en contra de la presencia de las mujeres en la mina pues existía la creencia de que ocasionaban accidentes”. Ludis baja al centro de la tierra para mostrar que la historia de una mujer no es la del desastre (léase Madame Bovary, Anna Karenina). Pero supongo que es cierto, el desastre nos acompaña. Por eso encontramos que en varias partes de México se prohíbe que una mujer entre a los chilares porque “la sola aproximación de un órgano sexual opuesto produce maleficios irreparables”. Y entonces, algo monstruoso somos: el desastre, el anuncio de lo irreparable, la figura de la maldad, del libertinaje y el pecado. Intuyo que si alguien ha instaurado una norma son los hombres. Nosotras, a lo largo de los años, parece que nos hemos divertido.
AQ