Para Dimitri Shostakovich
En ella arde algo maravilloso,
Y en sus ojos se tallan los lugares.
Solo la música me habla
Cuando otros temen acercarse.
Cuando el último amigo se apartó
Ella estuvo conmigo en mi tumba
Y cantó como la primera tormenta
O como si todas las flores conversaran.
1957-1958
El poema "La música" fue escrito cuando la poeta rondaba los 69 años, afectada todavía por la muerte reciente de su amigo, el escritor Mijaíl Zóschenko. En ese período la poeta se acompañaba con la música de Mozart, Beethoven, Schubert, Stravinski y Shostakovich. El primer encuentro personal con Shostakovich se produjo probablemente en la década de 1930, cuando él era ya un brillante y joven compositor. Su “Séptima Sinfonía” se menciona en “Poema sin héroe”.
A Ajmátova también le gustaba mucho la “Undécima Sinfonía”. Los dos se encontraron en muchas ocasiones, y en 1958 Ajmátova le regaló al compositor una edición reciente de algunos de sus poemas, entre los que se encontraba el poema a él dedicado. Para ella el efecto de la música era una magia que no se podía predecir. Después de la muerte de la poeta, Shostakovich compuso la obra vocal “Anna Ajmátova”
AQ