“Lisboa, noviembre 29, 1920”, un poema de Marco Antonio Campos

Poesía

Un juego de máscaras incrustado en un triángulo amoroso.

"Tal vez el Tajo se alejaba, tal vez los árboles en Lisboa deshojarían otoñalmente..." (Foto: Julian Dik | Unsplash)
Laberinto
Ciudad de México /

Pero así, ¿cómo así?, como si hubieras

delegado a otro hombre mandar cartas a Ophélia,

para que ese Fernando, que no eras tú, que

no fueras tú, o quizá, como si lo fueras,

tuviese una silhueta esguia,

tan cerca en el trabajo y tan lejos de tu cuerpo,

pero el otro, que eras tú, o alguien parecido a él,

en el múltiple juego, comenzó a enamorarse,

la locura y la muerte merodeaban, y Ophélia,

quien sabía lo frágil que eras, quien sabía que no sabías sentir

lo que sentías, que las manecillas no marcaron en tu reloj

instantes para la dicha, ¿o era otro?, ¿acaso Álvaro?,

y Ophélia dio oídos a la fuga, y se puso a ordenar

tus cartas y mensajes —tal vez el Tajo se alejaba,

tal vez los árboles en Lisboa deshojarían otoñalmente,

“tal vez Fernando —dijo Ophélia—, por jugar con máscaras,

por más búsquedas que ha hecho, por esta vez se le olvidó,

o mejor, quiso olvidar, dónde perdió la cara”—.

AQ

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.