Surge la necesidad de ver el cielo,
algo que se distinga y nos señale:
una estrella, la cruz lumínica de un avión,
lo que no nos pertenece, lo que no podemos alcanzar
pero nos detiene, nos suspende.
Porque a veces es necesario detenerse,
ver una estrella y no saber a dónde dirigirse;
solo quedarse con la impresión de que algo se nos anuncia,
algo se nos promete, que por el momento
no podemos alcanzar.
*Título de la Redacción.
AQ