¿Qué comes cuando comes?
A ti mismo, caníbal.
A qué hueles, manjar,
si no es a mí.
Me gusta ese cuenco,
mis manos desolladas,
donde bebo y retorno
en una sangría de mi temple.
Hoy me apetezco,
ceviche me sabroseo.
Atajado con la lima que lima
y el mujo del ají,
ese relumbrón que me atiza el lenguaje.
Me como las uñas,
me muerdo los labios,
me come el ansia,
me muerde el destino
y amor con hambre no dura.
Por eso al prójimo
acomedido
le come lo que está escondiendo.
Y en el sexo
el que recibe, come bien;
el que da, duerme mejor.
Salucita de la buena.
AQ