Con autorización del autor, presentamos los siguientes versos de su libro Vagabundo (Otra Editorial/ Colectivo José Revueltas) en cuyo prólogo Pura López Colomé escribe, Rubén Macías abre y cierra la boca con una pregunta: “¿Tendrá sentido la vida? Y la responde con otra: ¿Escuchas la muerte?”
Si no lo escribo
tenemos esa manía de decir que todo termina
los árboles
el universo
el amor
tenemos esa manía de sacar a los amigos de la morgue
de raspar los codos en un poema
esta es la única manera que reconozco de engañarnos
de hacer menos la muerte
de extrañar menos el sexo
nuestros riesgos son tangibles
morir solos
quitar los cuchillos de nuestra espalda
y la maldita manía de decir que todo termina
he apagado el cigarrillo en la lengua
dejando salir la alegría
he cortado también la ausencia
tengo la desfachatez de decir algo
por ejemplo veneno
me aferro a salir con los zapatos
de siempre sin pisar lo que soy
ya no tengo necesidad del olvido
siempre he estado afuera de ahí mi fobia
a las cárceles a mi casa
qué destino puede tener
la vida que no sea la muerte
el azar del amor y las soledades compartidas
ya había cerrado el cementerio del Oeste
qué importa si los epitafios eran de otros
si esa lápida de días ya había desaparecido
caminamos entonces con algo de dinero
entre los bolsillos la tarde caía entre las bardas
del cementerio del Oeste
antes la fiebre amarilla se había ido
el cielo abierto en el barrio
las hojas talladas por el camino de las hormigas
tantos muertos que habían devastado esa geografía
ya no era preciso entrar
cremaron los cuerpos
alguien tenía poemas
en el bolsillo del traje
algunas palabras quedaron libres
como ceniza dispersa de nadie
los cremaron a todos incluso a la memoria
AQ