La migración es un arma de doble filo,
lo curioso es que no la empuñani el que huye ni el que busca.
Se convierte en espada de Damocles
en manos del que acoge
y lo ve como un castigo.
La migración es una dirección
de doble sentido:
el que ve partir ve oportunidad,
el que ve venir ve peligro,
y este mundo es muy suyo,
no es ni tuyo ni mío.
La migración es la primera piedra
del olvido,
el primer centímetro
de la distancia relativa,
del constante cambio
de la línea fronteriza,
un campo donde cultivar
la esperanza en el recorrido.
La migración es un atisbo de luz
en un planeta sombrío,
un lugar donde
criminalizan la pisada
sin conocer antes
la magnitud del dolor
que la huella sufrió por el camino.
ÁSS