'Por gracia de Dios': dos preguntas incómodas

Cine

El guion que escribió François Ozon resulta virtuoso; merece sin duda el Gran Premio del Jurado que ganó en el Festival Internacional de Berlín.

'Por gracia de Dios'. Dirección: François Ozon. Francia, Bélgica, 2018. (Mandarin Productions)
Fernando Zamora
Ciudad de México /

“Papá, ¿aún crees en Dios?” Esta es la primera pregunta sobre la que François Ozon construye Por gracia de Dios, un universo coral que retrata a diversos hombres abusados sexualmente. El abusador fue un sacerdote protegido gracias a una fórmula legal que muchos conocimos esta semana: el secreto pontificio. Aprobado en 1974, el secreto pontificio fue abolido por el papa Francisco este 18 de diciembre. Ahora ningún obispo puede negar información a las autoridades civiles en casos de abuso sexual. El estreno de esta película termina por ser providencial. A pesar de que Por gracia de Dios tarda en despegar, el guion de François Ozon resulta virtuoso. Merece sin duda el Gran Premio del Jurado que ganó en el Festival Internacional de Berlín. Y es que para contar algo tan desagradable y hacerlo con gracia era necesario comenzar en una posición particular.

​El primer protagonista de esta película es por ello un católico de tiempo completo. Alexandre tiene cinco hijos, dice no a la contracepción, va a misa los domingos y en el colmo del compromiso espiritual está convencido de que solo los bautizados pueden arreglar esta institución que hombres como él identifican con el Cuerpo Místico de Cristo: La Iglesia. Iniciar una película así con un hombre como Alexandre posiciona a Ozon en el lugar adecuado para hacer sonar el mensaje de Por gracia de Dios. Porque no se trata sin duda de un ataque a la religión. Mucho menos de un ataque contra Jesús. De lo que habla aquí el director es de fe, de creencias sobrenaturales cuando lo que Alexandre identifica como Iglesia de Dios está tan mal. Y está mal por abusadores como el padre Preynat, lo cual nos introduce en la siguiente, tácita, pregunta incómoda en esta película: ¿por qué resulta tan mala la pedofilia?

La pregunta parece tan desvergonzada que uno corre el riesgo de responder simplemente “porque sí”. Pero arte como el de Ozon no puede quedarse sin mostrar algo un poco más inteligente. Para tocar este tema es necesario que Ozon presente otros personajes de los que el cura ha abusado sexualmente. Cada uno de ellos presenta su testimonio, palabra bíblica que está relacionada (en griego) con la palabra “martirio”, pero, otra vez, ¿en qué consiste el martirio de la víctima de abuso sexual? La respuesta está en otro personaje de la película Por gracia de Dios.

Emmanuel no solo tiene que enfrentarse a los prejuicios de la gente. En forma mucho más profunda, su personaje muestra algunos de los efectos que impactan de modo puntual en la vida de un hombre o una mujer abusado sexualmente. Desde que sufrió el estupro, Emmanuel siente un impulso onanista que ha terminado por deformarle los genitales. Es incapaz de comprometerse en ninguna relación estable y es incapaz de salir del círculo de confort que le ofrece su madre. Odia cualquier imagen de autoridad y es, en suma, como si el abusador hubiera sido una suerte de piedra sobre un árbol que le impide crecer. El violador lo ha condenado a ser un niñato además de que, como dice otra de las víctimas: “desde que el padre abusó de mí, cada que me acuesto con mi mujer, estamos ella, él y yo”. Alexander y Emmanuel están a la altura del mejor cine de Ozon, que es el mejor cine de Francia.

Esta obra ha conseguido responder a preguntas que autores tan inteligentes como Almodóvar no han atinado a mostrar como lo hace el gran arte, desocultando preguntas tan incómodas como esta: ¿por qué es tan condenable el deseo sexual por un niño?

Por gracia de Dios

François Ozon| Francia-Bélgica| 2018

RP​ / ÁSS

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