Que yo sirva, María, a un destino tan cruel,
si tu boca me besa, con un beso de amor.
Estoy todo perdido y el corazón palpita.
¡Y que en tus suaves besos que alcance hallar mi fin!
Tus labios son tan dulces, que incluyendo al tomillo,
al clavel y al jazmín, la fresa y la frambuesa,
los supera en dulzura, viene una leve brasa
de la boca hasta el pecho por un nuevo camino.
Y de tu seno brota un oloroso aliento
(pensándolo me muero) de perfume tan hondo,
digno de alzarse al cielo a embalsamar a Júpiter.
Mas cuando toda mi alma de placer se consume
muriendo al ver tus ojos, entonces con despecho,
te sueltas de mi cuello, para besar a un joven.
RP | ÁSS