“Un recuerdo de mi madre”, un poema de Marco Antonio Campos

Poesía

El autor evoca un episodio áspero en la biografía de su madre, cuyo dolor comprendió sólo con el transcurrir de los años.

"el alcohol no fue adversidad, ni causa de declive o pérdida..."(Unsplash)
Marco Antonio Campos
Ciudad de México /

Fuimos una familia difícil, escindida,

y menos o más, aprendimos a alejarnos uno de otro.

No obstante, debo decir, sin moralismos, que el alcohol

no fue adversidad, ni causa de declive o pérdida.

Madre se divorció de mi padre en el ‘57.

Con el escaso ramaje del manzano, casi sola,

hizo crecer más árboles para “sacar a los hijos”.

Madre venía de Aguascalientes —pero no nació allí—.

Con exigua experiencia, pero perspicaz, aguda,

obstinada, sabía hacer amistades en largas filas.

De temperamento enérgico, pocas veces

la vi romperse, como aquella tarde de la

adolescencia mía, cuando en su cuarto,

abrumada por el desamparo, sin saber qué hacer

con el dolor, se bebió una botella —tequila o ron

o vino, no lo sé, o si fue otra, da lo mismo—.

En el comedor, la trabajadora doméstica me

lo había advertido. Subí a su cuarto, y la vi,

bocabajo sobre el lecho, y no supe reaccionar.

Bajé las escaleras, y Epifania dijo: “Es mejor que

se le pase”. Salí, y no recuerdo lo que hice.

No recuerdo asimismo, por más que trato,

que haya visto a madre beber alcohol de nuevo,

pero pasadas seis décadas, uno comprende, que

en momentos difíciles, no se sabe cómo superar

la pena o cuál es el sentido de seguir viviendo.

AQ

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