Durante décadas fueron la cofradía de la literatura, pero todo cambió cuando el virus ocasionó el cierre de las librerías, provocando un hecho que ninguna novela de Bradbury o Borges hubiera previsto: los clubes de lectura online.
Ante la incapacidad de salir a comprar, los amantes de los libros comenzaron a llevar la lectura a los más diversos lugares a través de la red.
Como dice Irene Vallejo en su ensayo El infinito en un junco: “El libro ha superado la prueba del tiempo, ha demostrado ser un corredor de fondo. Cada vez que hemos despertado del sueño de nuestras revoluciones o de la pesadilla de nuestras catástrofes humanas, el libro seguía ahí”.
Si algo ha demostrado el confinamiento, es que la ausencia también es presencia, hoy no se necesita estar en un lugar para poder interactuar con otros. Las plataformas como Zoom o Google Meet permiten que los trabajos puedan desarrollarse a distancia, y ahora son la herramienta ideal para llevar la literatura a cualquier rincón.
Los integrantes de los clubes, periódicamente tienen una cita a través de la pantalla de su computadora o su celular, hablan sobre personajes de cuentos o novelas, de lo que quiso decir determinado autor, comentan sus frases favoritas o incluso hacen grupos de WhatsApp en los que el tema principal son los libros. Todos son amigos, aunque ninguno se conozca en persona.
“¿Qué te parece leer un buen libro al mismo tiempo que otros? ¿Qué te parecería platicar sobre él; saber cuál es la interpretación de la obra?”, este es tan sólo uno de los tantos mensajes que aparecen en redes sociales.
Gabriela Pérez tiene 23 años, participa en cinco clubes de lectura. Nunca había estado en uno; en Ixmiquilpan, Hidalgo, donde vive, no había, así que primero se acercó a un club como lectora y ahora es una de las impulsoras de ellos.
“Siempre quise formar algo, no sabía cómo, nunca había estado en ningún club, no sabía la dinámica, aunque en realidad no hay una dinámica, todos le ponen su toque y su estilo, nada más es leer y divertirse”, asegura.
A través de su cuenta @espacio_para_hablar ha sabido conjugar con otros su pasión por la lectura, permitiéndole “descubrir más libros, más géneros. Nuevas personas, nuevos amigos. Nunca tenía a nadie con quien platicar de libros”.
De Drácula hasta El psicoanalista, pasando por Cien años de soledad o La verdad sobre el caso Harry Quebert, Rayuela o La bailarina de Auschwitz, no hay género que no se aborde, todos los autores caben aquí, el único mandamiento es disfrutar la lectura y saber que se comparte con otros.
Darina de León tiene 18 años, vive en Monterrey, pero hasta que llegó el confinamiento decidió entrar a un club, ahora con su cuenta @viajeentrepaginas, organiza la lectura conjunta con otras dos cuentas, la de @elpilar_deloslibros y @un_rincon_para_leer_, donde se turnan ser el anfitrión de la lectura correspondiente.
Dice que lo que más le gusta es “la experiencia de leer un libro por primera vez, pues es algo que no se puede explicar, sólo se siente. Y cuando conoces a otros que ya lo leyeron, sus comentarios te dejan pensando en lo que tú como lector primerizo no lograste ver”.
Pero no es la única frontera que se rompe en ellos, el hecho de que el club sea virtual, ha permitido conectar a lectores de todo México con personas de América Latina y Europa.
Marisol Iturríos y Eliza Mata conjugan la lectura con la audición, pues además del club se encargan de realizar un podcast literario (@delectoralectorpodcast), el libro que más participación ha tenido es El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald.
Los asiduos a este club radican “en Houston, Argentina, Colombia, Perú, Argentina, Ecuador, Estados Unidos, Costa Rica, Chile”. El primer libro que leyeron fue El juego de Ripper de Isabel Allende, que paradójicamente habla sobre un grupo de personas que se reúnen desde distintos puntos de Norteamérica, para intentar resolver asesinatos.
La mayoría de sus participantes son mujeres, “aunque cada vez se unen más hombres. Pero el hecho de que en la organización seamos dos mujeres, evidentemente atrae más mujeres, pero conforme los hombres conocen qué tipo de lecturas hacemos, ven los episodios del podcast”, afirman.
Cecilia Cantón tiene más de 12 mil seguidores en su cuenta @Lee_ceci_lee y esto le ha permitido hacer colaboración con Grupo Planeta en su club Juntos leemos, donde como ella explica ha tenido que hacer “hacer dobles y triples sesiones para llegarle a más personas”.
“El club surgió con la pandemia y mi exceso de tiempo para pensar qué hacer para conectar y contagiar este hábito de lectura que se convirtió en mi mejor aliado en esta nueva normalidad. Descubrí que muchas personas tomaron o retomaron los libros para dirigir sus ideas y es a través de los clubes que logramos juntarnos a profundizar en las enseñanzas tras los libros mientras le ponemos buena cara a estos nuevos espacios libres que tenemos”, expone.
La relación digital ha permitido a los autores conectar más con su público, clubes como BookFan buscan tener a un escritor al menos cada vez, para que debata con los integrantes en la última sesión.
Ana Rivero inició en 2016 con su cuenta, pero ha sido este último año cuando más crecimiento ha tenido, pues asegura: “siempre busco que las opciones sean muy diferentes entre sí: la trama, el género, literatura clásico o un libro contemporáneo, etcétera, para que la comunidad pueda elegir la lectura que más se le antoja”.
La primera escritora que participó en su club fue Mónica Castellanos. Ana cuenta que “con muchos nervios le escribí, sin saber si me iba a responder. Cuando me respondió, me emocioné muchísimo y cuando leí que me había dicho que sí, bueno, brincaba de alegría. Soy lectora, para mí los autores son rockstars”.
Castellanos publicó en 2018 Aquellas horas que nos robaron, donde narra la epopeya y travesía del diplomático mexicano Gilberto Bosques, el cónsul que durante la Segunda Guerra Mundial salvó la vida de miles de refugiados políticos españoles republicanos, judíos franceses, libaneses y otros perseguidos.
“El surgimiento de los clubes de lectura digitales ha abierto una puerta antes custodiada y celosamente guardada por los espacios presenciales. Yo creo que asistimos a una verdadera ‘revolución leyente’ gestada a través de las redes sociales”, afirma.
El confinamiento le ha permitido a Castellanos participar en más de 35 clubes de lectura virtual, y tiene programadas al menos participaciones 10 más en los próximos meses, es quizás la autora mexicana que más ha frecuentado esta nueva modalidad de acercamiento con los lectores.
Al preguntarle si estamos ante un nuevo paradigma editorial, la escritora responde: “más que romper con el modelo tradicional, lo veo como una oportunidad para desarrollar una nueva propuesta de valor. Las casas editoriales, los libreros y los espacios de encuentro pueden tener en los clubes a un importante aliado para llegar a nuevos lectores, para desarrollar nuevos segmentos. Pienso en el aula de clases, en los grupos de estudiantes que en mi experiencia han podido desarrollar un mayor gusto por la lectura al convivir con un escritor, experiencia que quizá en circunstancias tradicionales no siempre es posible llevar a cabo”.
Aunque afirma que “si bien los clubes de lectura virtuales, con su ubicuidad, me han permitido responder un comentario a una joven en Perú y al siguiente instante intercambiar ideas sobre la construcción de un personaje con un lector de Argentina, si me dieras a elegir entre estar en una sala abarrotada o la sala de Zoom, prefiero estar entre las personas”.
Como en su momento lo hizo García Márquez con El amor en los tiempos del cólera, cuando las escritoras y los poetas hagan la crónica del confinamiento, alguien escribirá una novela sobre la lectura en los tiempos de la pandemia.
AQ