A unos pasos del espectador, a quien se dirige Carmen Zavaleta con la confianza que se tiene a un viejo amigo, la actriz se explaya desde un espacio acotado por cinta blanca pegada al piso, donde un sillón rojo y una bolsa de mano representan al padre ensimismado y al contenedor de personajes clave durante una infancia setentera, una árida adolescencia y una madurez que se libera de heridas y lastres.
La actriz y dramaturga escribe sobre la vida de Sara y la interpreta como si compartiera un flashback intermitente de su vida, permeada en un principio por la crítica al propio cuerpo, que no embona con el validado cliché de la estética femenina.
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Satisfaction es un recorrido vital que revela episodios guardados en secreto durante décadas; sobresaltos y heridas que dejan cicatrices invisibles, como las que ha vivido la mayoría de las mujeres, de una o de otra forma.
En escena, la actriz transita tersamente por distintos planos de realidad, de la inocencia al asombro, al deseo, a la emoción, y de ahí a un estado marchito al que su personaje entra con el apoyo de un perchero y una cartulina que ostenta dos círculos pintados con plumón negro. Figuras de senos, de ojos de mirada turbia.
Los elementos en escena adquieren el peso de la tragedia que marca a Sara, sin que la actriz pierda el hilo de una ficción sujeta a una realidad lacerante, que Zavaleta revierte para progresar en su historia hasta que su personaje tenga la posibilidad de emerger reconstruido.
En una mezcla de vivencias que Sara comparte como si estuviera en un vaivén confesional, entre la evasión y la conciencia de obstáculos superados, el texto abre paso también a la fantasía de la chica prendada de King Kong, en el naufragio entre la ternura y la necesidad de una protección sobrehumana, la sensualidad desbordada de Jessica Lange que la joven quisiera poseer y la crueldad humana incapaz de comprender un amor de doble filo.
Satisfaction da la impresión de ser el proyecto de una actriz que decidió subirse al escenario contra viento y marea, para mostrar desde ahí que los espacios se abren y los lugares se ganan desde la fuerza que transfiere la honestidad.
El montaje, bajo la dirección de Ángel Luna, quien resuelve con trazo limpio y sencillo las acciones de un monólogo que viaja por el tiempo, los géneros y los matices, mantiene el equilibrio durante los vuelcos del personaje por circunstancias que obstruyen su paso.
La actriz, que rompe la cuarta pared para hablar de frente y en segundos la reconstruye para evocar instantes, crea personajes con un ademán y un gesto, genera imágenes, sensaciones, antojo, rechazo y vínculos con un grupo escaso de espectadores que, como ella, ha dejado de protegerse para percibir la huella de los acontecimientos, rozar vivencias que descubren viejos hermetismos.
Aunque cabe evaluar la necesidad de aforar o sustituir la luz blanca, que al cruzar el breve proscenio ciega al espectador de primera fila sin que aporte mucho más allá del límite escénico, los escasos elementos escenográficos y de utilería elegidos muestran su pertinencia sobre un escenario que ubica a la actriz, casi sin protección escenográfica o lumínica, en la mira de una audiencia ávida de cercanía.
Satisfaction, coproducción de Carmen Zavaleta y Sandra Narváez, es una propuesta sobre la autoaceptación, que voltea la mirada hacia el pasado lejano y reciente a través de una comprensión autocrítica que se aleja de la conmiseración y el fracaso.
Al interior de El 77, Centro Cultural Autogestivo, correspondiente al área de impacto social del Foro Shakespeare, y de la Compañía de Teatro Penitenciario, creada por Itari Martha y Bruno Bichir, entre funciones de esta compañía y de stand up, Satisfaction equivale a un llamado escénico, a una exposición sencilla, sincera y con toques de humor, sobre lo que algunas mujeres se obligan a callar durante años para evitar tal vez el doble golpe que implica romper el silencio, y con eso abrir a un tiempo la puerta al cuestionamiento inmediato, sin pausa, escucha, ni empatía de por medio.
Satisfaction se presenta en El 77, Centro Cultural Autogestivo (Abraham González 77) el sábado a las 21:00 horas.
ÁSS