Un romance imposible y dos actrices en un ‘tête-à-tête’: el cine según Todd Haynes

Cine

Con ‘Secretos de un escándalo’, el realizador californiano cuenta una historia sobre el deseo y la representación mediática, con Natalie Portman y Julianne Moore como dos rostros de la misma monstruosidad.

Natalie Portman y Julianne Moore en 'Secretos de un escándalo'. (Killer Films)
Fernando Zamora
Ciudad de México /

Secretos de un escándalo es una pieza con tantas capas de lectura que termina por ser cine dentro del cine. Recordemos que en 1998 el director Todd Haynes presentó Velvet Goldmine, filme de culto que también hay que saborear pensando.

Lo que en Velvet Goldmine era un grito de extravagancia glam se vuelve, en Secretos de un escándalo, murmullo de vergüenza en el que se develan las razones por las que resulta tan escandaloso el romance entre un niño de trece años y una mujer veinte años mayor.

Lee más:
‘La hermanastra fea’: cuando el verdadero monstruo es la belleza hegemónica

El tema, delicadísimo, está basado en una historia real. Lo mejor, sin embargo, es el modo en que Haynes dialoga finamente con su público con ayuda de tres actores que encarnan esta situación: han pasado veinte años desde aquel escándalo que ocupó los tabloides. Se va a filmar una película sobre la mujer que enamoró a un niño. Natalie Portman hace a la actriz que, en esta película, será la abusadora. Julianne Moore es la mujer que transgredió el tabú. Portman irrumpe en la vida de esta pareja improbable con toda falta de tacto, con curiosidad que raya en lo grotesco y produce escenas que incluso resultan cómicas.

Julianne Moore, por su parte, interpreta a la mujer del romance prohibido. Ella y el esposo que conoció cuando él tenía trece años siguen recibiendo correspondencia grotesca. Todos hablan de ella. Los hijos de su vida anterior la culpan por sus fracasos y, en fin, que los únicos que parecen tener un poco de cordura en este caos son los hijos de esta pareja prohibida: el hombre que no crece y la mujer fatal.

Ahora bien, tanto Portman como Moore son dos caras de la misma sociópata. Entre ellas no hay duelo sino más bien un baile actoral. Portman investiga “la verdad” detrás de una mujer que está tan loca como ella y Moore se hace la víctima, le lloriquea al niño con absoluta toxicidad. Sigue justificando su amor afirmando cosas así: que el niño ya había tenido relaciones con otras mujeres antes de conocerla, que ella sólo había tenido a un hombre, su marido, cuando lo conoció a él. ¿Se amaban? El único director de cine que había conseguido tratar con la delicadeza que se merece el amor de un menor hacia un adulto fue Pedro Almodóvar.

En Dolor y gloria produce esta finísima escena: un niño mira al objeto de su afecto… ¡y cae desmayado! Es hilarante y dice todo lo que debe decirse. Cuando él mismo trató de develar el tabú, en La mala educación, simplemente no pudo. A Haynes el tema tampoco se le va de las manos, pero a diferencia de Almodóvar no narra desde el punto de vista de la víctima (el niño) sino desde la perspectiva de una sociedad que no sabe qué hacer con este que es, con el incesto, el tabú más claro en la cultura actual. Cómo se trata a los niños y a los adultos mayores es, según Vico, el núcleo en torno al que se construyen todas las civilizaciones.

Y no sé si sea cierto, pero Haynes consigue utilizar el montaje, las actuaciones y la música (otro protagonista de esta película) para pensar con el espectador esta afirmación. Muestra el desastre que dejó detrás el romance intergeneracional, las cicatrices en los hijos que ella tuvo antes de enredarse con un niño y la vergüenza de los niños que ahora tiene con él, veinte años después. Está también un hombre que no ha podido crecer y que cría mariposas monarca. En efecto, un símbolo discretamente kitsch. Poco importa, Haynes no tiene miedo a la cursilería. Ya lo vimos en Velvet Goldmine. En su forma de pensar la libertad está su genialidad.

¿Dónde ver Secretos de un escándalo?

La película de Todd Haynes está disponible en Amazon Prime Video.

AQ

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.