El compositor y guitarrista Simone Iannarelli nació en Roma, se graduó con honores en el Conservatorio Estatal de Música Alfredo Casella de la ciudad italiana L’Aquila y continuó sus estudios en París. El destino y el amor por una mujer tapatía lo trajeron a México, donde reside desde 2001. Actualmente es maestro de guitarra clásica en el Instituto Universitario de Bellas Artes, en la Universidad de Colima, además de ofrecer clases magistrales y conciertos tanto en nuestro país como en el extranjero.
Tiene composiciones para guitarra sola y en acompañamiento con flauta, cuarteto de cuerdas y orquesta. En su discografía destacan los álbumes Playa Paraíso e Italian Coffee.
Dentro del ciclo La guitarra hoy, organizado por el INBAL, Simone Iannarelli se presentó en el Museo Nacional de Arte, donde ofreció piezas suyas (incluyendo un par de homenajes a Miles Davis y Keith Jarrett) y un arreglo del “Preludio Op. 28, No. 15” de Chopin.
Luego del concierto, Iannarelli jugó ping-pong con Laberinto.
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¿Qué es la música?
Algo fundamental en la vida de todos.
¿Qué es una guitarra?
Una gran compañera.
¿Andrés Segovia o Eric Clapton?
Andrés Segovia.
Beatles, Rolling Stones o Pink Floyd.
Pink Floyd.
Verdi o Puccini.
¡Qué difícil! Verdi.
Tu ópera favorita de todos los tiempos.
La Traviata.
Juan Carlos Laguna en dos palabras.
El maestro.
El disco de jazz que más veces has escuchado.
Sun Bear Concerts, de Keith Jarrett.
Recomienda una composición tuya.
“L’ultimo caffè insieme” (“El último café juntos”), es algo para guitarra y cuerdas que le puede gustar a todo tipo de gente.
Si no fueras músico, ¿qué otra profesión te hubiera gustado ejercer?
Seguramente algo relacionado con la creación. Tal vez cineasta.
Tu ídolo musical de todos los tiempos.
Bach.
¿Qué es lo más difícil de transmitir como profesor?
La pasión por la música.
¿Cuál es la mayor virtud de un alumno?
Eso mismo.
Piazzolla en tres palabras.
Genio, ritmo, hermandad. Me refiero a la hermandad que creó entre Italia y Argentina.
El mejor guitarrista que has escuchado en vivo.
Aniello Desiderio.
Un gusto musical culposo.
Lucio Dalla.
Una canción de José Alfredo Jiménez.
“Caminos de Guanajuato”.
Un platillo mexicano.
La birria.
El mejor café que has tomado en tu vida.
En Nápoles.
Del 1 al 10, ¿qué tal bailas?
Tres.
Aparte de la familia, ¿qué extrañas más de Roma?
Estoy indeciso entre los amigos y la comida, ja, ja.
Un platillo italiano.
Pasta cacio e pepe.
Un libro en una isla desierta.
El idiota, de Dostoievski.
Música para tus últimos minutos de vida.
De Beethoven.
Tu epitafio.
“Hizo lo que pudo”.
AQ