Stephen King el freudiano, Guillermo Del Toro el marxista

Cine

En estos días, la cartelera recibe a dos figuras del cine de horror, cuya comparación resulta inevitable y enriquecedora a causa de sus influencias ideológicas.

'Historias de miedo para contar en la oscuridad' es dirigida por André Øvredal. (Cortesía: Diamond Films)
Fernando Zamora
Ciudad de México /

Hay nuevos monstruos en el universo de Guillermo del Toro. Están en Historias de miedo para contar en la oscuridad, obra que a pesar de lo largo de su título tiene dificultades para ir más allá de esta ocurrencia: cuatro adolescentes en noche de Halloween van a cierta casa embrujada donde encuentran un libro de cuentos que, por razones poco claras, se escribe a sí mismo. Cada nuevo cuento se vuelve realidad construida con base en las pesadillas de quien ha estado en contacto con él. ¿Coincidencias con It de Stephen King? No son casuales. El genio de Del Toro estriba en mantenerse fiel a eso que llaman cine de género y que poco tiene que ver con el género dramático (tragedia, comedia, etcétera) sino que refiere a una serie de rasgos temáticos del cine de horror.

Esta obra producida por Del Toro y dirigida por André Øvredal aparece a tiempo para competir con el peso pesado del cine de horror: Stephen King, cuya historia It. Capítulo 2 está por estrenarse. Guillermo del Toro ha conseguido los créditos para competir con el amo del terror gracias a un estatus que trasciende el área de lo comercial. En efecto, Stephen King es notorio no sólo por el volumen de su obra. Además tiene cuentos de gran literatura: “Almuerzo en el café Gotham”, por ejemplo. Stephen King no es director, pero ha sido filmado por Kubrick, cuya obra El resplandor es, sin duda, una de las mejores películas de fantasmas en la historia del cine mundial. La comparación entre Del Toro y King resulta enriquecedora cuando se topa uno con las influencias ideológicas de ambos. Si las historias de Stepheh King están cargadas de misterio freudiano, de sexualidad latente en cada uno de sus protagonistas, las historias de Guillermo del Toro han sido influidas por otro pensador cardinal en la historia del siglo XX: Marx.

En efecto, en cada película del tapatío aparece siempre el tema político, un mensaje social que da sabor y profundidad a su cine. En Historias de miedo para contar en la oscuridad, la cuestión política está en línea con los enemigos de Trump. Estados Unidos se nos presenta como un país de inmigrantes en el que, además, los latinoamericanos tenemos un papel importante. El malo de la película es, por ejemplo, un rubio flaco que odia a los comunistas y que acaba de enrolarse para ir a matarlos a todos en Vietnam, mientras que el bueno es un chico de aspecto mexicano que se apellida Morales y está en el ojo de la policía.

Fotograma de 'Historias de miedo para contar en la oscuridad'. (Cortesía: Diamond Films)

Como sea, independientemente del mensaje político y de la curiosidad de que ha sido escrita por Del Toro, Historias de miedo para contar en la oscuridad, hay que decirlo, aporta más bien poco desde el punto de vista artístico. Una lástima. Los monstruos no tienen aquí el encanto de aquella máquina que en Cronos le dio fama a Del Toro ni la belleza digna de Lovecraft que tenían sus criaturas en El laberinto del fauno. Historias de miedo para contar en la oscuridad termina por ser tan solo una película que hay que ver por el apellido del guionista y productor, quien no es, ni siquiera, el creador de la línea argumental, sino que se basa en las novelas de Alvin Schwartz.

Historias de miedo para contar en la oscuridad no tiene ni siquiera la belleza de las ilustraciones de Stephen Gammell, quien es ciertamente un artista. Y no es que Guillermo del Toro no lo sea pero, más allá del sello político, esta obra del cineasta mexicano no tiene otra cosa que unos monstruos curiosos y nada más.

​ÁSS​

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