¿Qué es el talento
si no la inscripción
para entrar al Kinder?
Desde luego que con puro talento
no se va a ninguna parte.
Pero sin talento, tampoco.
Por eso, cuando el joven pintor
se acercó al viejo artista
con la consabida cantilena
(o cantinela, que la RAE
recoge y acepta ambos vocablos)
“Maestro, el día que usted nació
nacieron todas las flores… etc.”
…para de inmediato asestar el golpe
conocido hasta la saciedad:
“Me gustaría muchísimo
que viera mis cuadros
y me dijera sinceramente
qué piensa de ellos…”
El maestro le respondió así:
“Es muy sencillo. Se lo voy a explicar:
usted quiere tener un buen traje
y decide buscar al mejor sastre
para que se lo confeccione…
y esto le parece lógico.
Sin embargo, tener al mejor sastre
a su servicio no le garantiza nada.
Lo que a usted le debería preocupar,
es si cuenta con un buen corte de casimir.
Sin una buena tela ya puede usted ir
a Saville Road y encontrar al mejor sastre,
que no conseguirá un buen traje”.
El joven aspirante a pintor
se retiró decepcionado.
El talento es lo primero,
y se tiene o no se tiene.
No se puede inventar ni comprar.
No se consigue con esfuerzo
ni con las mejores relaciones.
A partir de este punto de partida
comienza el largo viaje
que implica muchas fatigas,
rodeos, pasos en falso,
peligros, hallazgos…
Y se requiere de mucho trabajo,
aplicación, atención, perseverancia
paciencia y no poca buena suerte
para que llegue a cristalizar la obra.
Por eso tiene razón Flaubert cuando afirma:
“El talento es una larga paciencia”.
AQ