Publicado por el Centro de Estudios Cinematográficos de la UNAM, Esculpir el tiempo es un clásico de la teoría cinematográfica, una crítica severa al burocratismo, la censura e intolerancia en la extinta Unión Soviética, una autobiografía impensable sin los largos periodos de inactividad a los que Andrey Tarkovski fue condenado por no ceñirse a los moldes del realismo soviético, a las indicaciones de funcionarios incapaces de comprender sus películas.
Tarkovski nació el 4 de abril de 1932 en Ivánovo, en la ribera del Volga. En 1954, a los 22 años, luego de haber realizado estudios de música, pintura, lenguas orientales y geología, ingresó al Instituto Estatal de Cinematografía de la Unión Soviética, donde tuvo como maestro a Mijaíl Romm. Después de algunos cortos escolares, en 1962 filma su primer largometraje: La infancia de Iván, que él considera su examen profesional como cineasta.
La infancia de Iván, basada en un cuento de Vladimir Bogómolov, narra la historia de un niño huérfano que colabora con el ejército soviético durante la Segunda Guerra Mundial. Es una película onírica, llena de poesía, que ganó el León de Oro en el Festival de Venecia en 1963 contra la opinión de la crítica y en contra de las propias autoridades cinematográficas de la URSS, que vieron a su autor con peligrosa desconfianza.
En 1964, Tarkovski dirige Andrey Rubliov, que tensa aún más sus relaciones con los dirigentes del cine soviético. Inspirada en la vida del pintor ruso Andrey Rubliov, es una mirada a la desdichada vida de los campesinos en la Rusia del siglo XV y una consideración sobre la espiritualidad del arte. Fue su película más premiada en festivales internacionales, pero en la URSS fue distribuida hasta finales de 1971 y en el extranjero hasta 1973.
Solaris, El espejo, Stalker, Nostalgia, son otras de las películas de Tarkovski, quien tuvo que exiliarse en Italia ante el acoso y la imposibilidad de trabajar regularmente en su país. Nostalgia fue su primera película fuera de la URSS, la despedida de su patria. La película fue electa para la Palma de Oro de Cannes, pero la delegación soviética se opuso. Eso —escribió Tarkovski— “fue la gota que derramó el vaso y simplemente acabó conmigo”.
Exiliado en Italia, continuó la escritura de Esculpir el tiempo. En 1986, en Suecia, filma Sacrificio, sería su última película. Murió el 29 de diciembre en París. Defendió siempre su independencia, sus ideales. En una carta de 1983 al Presidente del Instituto Estatal Soviético de Cinematografía, le dice: “Estoy harto de ser perseguido, de su odio, de su mala voluntad; de la miseria y, en fin, de la falta sistemática de trabajo a la que usted me ha condenado”.