'Tom Pain': un monólogo accidentalmente cómico

Tom Pain es irónico, mordaz, áspero. Es un alma solitaria en medio de una selva de almas solitarias. No se sabe qué es, si un cómico, un actor, o alguien que sólo pasaba por ahí y quiso ponerse debajo de la luz, junto al hombre de la guitarra, en ese pequeño espacio enfrente de un público para comenzar a contar pedazos de su vida, palabras atravesadas en la cabeza.

Habla desde el fracaso y nadie sabe cuándo se burla, cuándo dice la verdad, cuándo está recordando, cuándo suplica que quien lo está escuchando aproveche la vida en la que él sólo ha perdido.

En 2008, el actor Gerardo Trejoluna hizo un monólogo violento y memorable, sentado en un cubo de hielo. Ahora, en una nueva versión de Tom Pain, Luis Arrieta apuesta por la reflexión y acierta al manejar distintos rangos emotivos, al sorprender al espectador con los rompimientos de ritmo y los cambios de tono; motiva, inspira y luego irrumpe en la comodidad del espectador que lo mira desde la oscuridad. 

ÁSS