“El arte”, dijo Paul Cézanne, “debe hacer eterna a la naturaleza en nuestra imaginación”. Ninguna etapa más adecuada para cultivar la imaginación que la infancia. En Ven a ver arte mexicano, Enrique Giner de los Ríos e Iván Larraguibel nos invitan a un viaje revelador a través de la diversidad artística de México. En entrevista, Larraguibel —diseñador y director de arte de la editorial Ekaré Sur, que publica el libro— comparte los entresijos de su proceso creativo y la importancia de acercar el arte a las infancias.
La idea de explorar el arte latinoamericano se gestó a partir de la experiencia previa de los autores con Ven a ver arte chileno. Este antecedente presentaba la dificultad de evitar la repetición, una condición que los autores superaron a través la búsqueda de una coherencia conceptual y visual.
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La selección de obras para el libro fue una tarea titánica que involucró la búsqueda exhaustiva de piezas reproducibles. La calidad de las imágenes fue una prioridad para transmitir la esencia y la paleta de colores originales. Se enfrentaron desafíos, como la localización y accesibilidad de algunas obras, pero la perseverancia y la colaboración con museos permitieron que la obra cobrara vida de manera auténtica.
La elección del lenguaje para abordar el arte con niños fue un proceso delicado. Los autores buscaron un equilibrio entre la simplicidad y la complejidad, de manera que los lectores tuvieran una experiencia accesible pero enriquecedora. La inclusión de biografías y la adaptación del contenido para diferentes niveles de comprensión, explica Larraguibel, contribuyen a crear una obra que trasciende las edades y ofrece múltiples capas de lectura.
La importancia de acercar a los niños al arte desde una edad temprana radica en la capacidad del arte para cambiar la perspectiva y crear conexiones con la historia y la cultura.
En un mundo dominado por la hiperproductividad y la velocidad, la contemplación es un acto revolucionario. Ven a ver arte mexicano aboga por la pausa, por detenerse y reflexionar sobre cada obra. La contemplación, según Larraguibel, permite una experiencia estética única y profunda, lejos de la superficialidad de las interacciones digitales. Por eso, el libro anima a los lectores a trasladar la experiencia del libro al mundo real. La contemplación de las obras en un museo o galería se convierte en un momento de conexión directa con el arte y permite que las líneas, colores y composiciones que muestra el libro cobren vida.
Enrique Giner de los Ríos e Iván Larraguibel han creado una obra que celebra la diversidad del arte mexicano y, al mismo tiempo, desafía a los lectores a contemplar, reflexionar y conectarse con la belleza que se encuentra en cada trazo y color.
ÁSS