Jamás entregues todo el corazón,
porque el amor será apenas cierto,
si es auténtico, para las mujeres
apasionadas, y ellas nunca sueñan
que se seca en la boca, beso a beso;
porque todo lo que es amable no es
sino un breve, gozoso, ingenuo sueño.
Oh, nunca des el corazón del todo,
porque ellas prestaron, con sus labios
suaves, el corazón para jugar.
¿Y quién podría jugar de forma justa
si es sordo y ciego y mudo en el amor?
Quien ha vivido el juego sabe el costo,
porque ha perdido el corazón al darlo.
Versión de Víctor Manuel Mendiola
AQ