Diputados, alcaldes, gobernadores, ex presidentes y aspirantes a la presidencia de la República, no han podido escaparse de la historia de Toluca, que en su centro aguarda uno de los espacios más buscados a la hora de comer: las famosas “alacenas”.
Con 115 años y una experiencia sin igual en el arte de la cocina, ofrecen tortas, tacos, flautas, dulces típicos y la famosa “garapiña”, con la que cumplen el antojo de quienes cruzan por los Portales de Toluca.
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Hay para todo gusto, desde 10 pesos se venden las clásicas tortas de jamón o “las del chavo”, pero, para quienes tienen un poco más de presupuesto están las “bombas” o combinadas, aquí la medida la tiene el cliente.
“Tenemos más de 15 combinaciones, pero la más pedida es la de mole verde con milanesa”, dice Nancy, una de las vendedoras.
En sus inicios, hace 115 años, las “alacenas” estaban instaladas en pequeños puestos hechos de madera, en cada uno de los arcos del portal, con el tiempo el gusto de los toluqueños creció y con ello también se expandió la tradición.
Ahora se reúne el saber de más de cuatro generaciones, quienes han hecho de esta actividad una parte de la memoria colectiva de Toluca, porque no hay historia personal de un toluqueño que no tenga este ingrediente.
El guiso principal de sus inicios fue el “aporreado”, una mezcla de huevo y cecina, pues en un principio en estos espacios se vendían tacos de guisado, poco a poco las tradiciones cambiaron y las tortas se hicieron más comunes.
Al grito de “pásele, de qué le servimos, tenemos de jamón, queso blanco, queso amarillo, mole verde, milanesa”, el andar de los visitantes al centro histórico de Toluca se viste de sabor.
Las cartulinas verdes, amarillas y naranjas muestran los precios y el menú. Los comensales detienen su paso, hacen su propia combinación de ingredientes, piden, saborean y se van.
Así transcurren los días, atendiendo a más de 200 clientes, en días festivos y vacaciones, quizá esta cifra baje, pues entre sus principales clientes están los trabajadores de oficinas cercanas.
LC