¿Cuáles son los retos de la industria del libro infantil y juvenil ante la pandemia?

Literatura

En la videocharla "Libros para niños y jóvenes: cómo preservar un pilar de nuestra industria", Metabooks México planteó las preocupaciones de este sector editorial.

Uno de los principales desafíos es entender una nueva forma de adaptarse a los medios digitales. (Foto: Pexels)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Entre los editores de libros para niños y jóvenes hay preocupación, sobre todo porque suelen trabajar de manera presencial, ya sea a través de ferias del libro en colegios o en los estados.

“Esto se cayó de un día para otro, y cuando vuelva a existir quizá no va a ser de la misma manera a la que estábamos acostumbrados”, explicó Alicia Espinosa de los Monteros, gerente de Fundación SM, durante su participación en la videocharla “Libros para niños y jóvenes: cómo preservar un pilar de nuestra industria”, organizado por Metabooks México.

Desde su perspectiva, uno de los principales desafíos es entender una nueva forma de adaptarse a los medios digitales, a sabiendas de que eso llevará su tiempo, porque hay que pensar que la compra de los libros y el poder adquisitivo está en los padres y “nos llevará un tiempo estar en su radar, por eso me parece que el sentir es de preocupación”.

​Dentro del ciclo Conversaciones para hacer que los libros se vean, Juan José Salazar Embarcadero, editor y director general de Amaquemecan, aseguró que se verá una reducción significativa en los títulos y en los planes editoriales de todos los sellos, en función del flujo de caja.

“Habrá poco dinero, habrá que ser muy cuidadoso con lo que se selecciona y lo que se publica. Desde hace tiempo observo, no solamente yo, que hay una gran sobreoferta en el mundo editorial, en el libro de interés general, pero también es un fenómeno en el cual la literatura infantil y juvenil no resulta ajena”, aseguró el editor en la charla, moderada por Carlos Rojas Urrutia, director de Metabooks México.

Uno de los grandes cambios que vamos a ver estará en la reducción de la oferta, que podría ser compensada con una visibilización mayor del libro de fondo, con vidas comerciales más largas, aunque en el caso de la literatura infantil y juvenil, la vida comercial es mucho mayor que la de otros libros de interés general”, reconoció Juan José Salazar.

​PCL

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