Con Las ventajas de ser invisible, Stephen Chbosky (1970) se mantuvo dos años en la lista de libros más vendidos del New York Times. Dos décadas después, tras participar como coguionista de la versión live-action de La Bella y la Bestia de Disney, de estrenar en el Festival de Sundance The Four Corners of Nowhere, o de participar en la creación de la serie televisiva posapocalíptica Jericho, vuelve al mundo del libro con la novela Amigo imaginario (Planeta, 2019).
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Se trata de la historia de una madre soltera que decide huir de una relación abusiva y asentarse en una pequeña ciudad, al lado de su hijo Christopher, quien se empieza a adaptar a su nueva vida hasta que desaparece durante varios días, acompañado de un amigo que puede despertar terror, el género literario que más disfruta el escritor estadunidense.
¿Por qué construir historias fantásticas en una sociedad tan llena de imágenes y de monstruos?
Escribo historias de la imaginación para hablar sobre el mundo real, al igual que ciencia ficción o las novelas de distopías. Todos sus autores usan esos géneros para hablar de lo que ocurre en la actualidad.
¿Este tipo de historias reflejan mucho más a la realidad de lo que pensamos?
Creo que buena parte de la literatura: esta mañana terminé de leer Los testamentos, de Margaret Atwood, y aunque Gilead no existe y los personajes son de ficción, me parecieron muy reales, porque hablan de las luchas de las mujeres en distintos ámbitos de la sociedad.
¿El género le ayuda a ver de manera más crítica la realidad?
Sí, me ayuda a observarla de manera más crítica. Crecí con muchos temores, tanto personales como de las historias que me contaban, ya fuera de los hermanos Grimm que de las narraciones de la Biblia: escribir Amigo imaginario me ayudó a manejar mis propios temores, incluso cuando la terminé de escribir me di cuenta que ya tenía muchos menos temores de los que me dominaban antes de escribirla.
¿Espera que eso suceda con los lectores?
Absolutamente. Tengo la esperanza de que todo lo que hago conduzca al lector a una forma de catarsis; lo que estoy tratando de hacer es reflexionar sobre asuntos que producen vergüenza, que conducen a prisiones dentro del alma. Al final, las personas pueden romper esas barreras y definir su yo auténtico.
¿Qué hace cuando no está metido en la escritura?
Tengo una hija de siete años y uno de cuatro, entonces, básicamente soy chofer con muy baja paga y, cuando me dan oportunidad, me encanta el futbol americano, específicamente los Acereros de Pittsburgh. Me gustan mucho los juegos de video, particularmente los de los 80, y me encanta viajar.
¿Piensas en tus hijos cuando escribes?
Sí. Cuando empecé a escribir Amigo imaginario mi conexión emocional era con Christopher, el niño; al final mi conexión se dio con la madre de Kate.
¿Qué tanto cambió como escritor entre "Las ventajas de ser invisible" y "Amigo imaginario"?
Empecé con todos los personajes conocidos de la primera novela, pero con conocimiento emocional. Ya después aproveché los elementos fantásticos o de horror para hablar sobre los mismos temas, sea que sean, de vergüenza, de secretos o de homosexualidad, o de diferentes tipos de abuso.
El horror, al igual que cualquier género, va y viene. La mayoría de nosotros sabemos que vivimos en tiempos muy difíciles, hay muchas cosas que son desconocidas, retórica que nos atemoriza, mucha división y violencia: estas historias nos ayudan, como personas y como sociedad, a manejar estos horrores de la vida real.
¿Qué retos se plantea como un escritor con éxito, tanto en ventas como en crítica?
Me considero muy afortunado porque los lectores de todo tipo han abrazado mis libros tan bien. Estoy orgulloso de ello, pero sí te debo decir que no me considero más importante: solo cuento historias que buscan empoderar a todas las personas.
¿Piensa en el lector al momento de la escritura?
Pienso en un público específico en edad, pero al mismo tiempo quiero que no solo los jóvenes disfruten el libro, sino que también lo hagan sus padres, porque parecería que son imaginarios diferentes. Y este es un libro para personas entre 12 y 80 años de edad.
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¿UNA HISTORIA DEL PAPEL A LA PANTALLA?
Con Las ventajas de ser invisible, Chbosky alcanzó ventas por más de 5 millones de ejemplares a escala global. Desde su infancia fue seguidor de la literatura clásica de terror y fantasía, en especial de Stephen King, J. D. Salinger, F. Scott Fitzgerald y Tennessee Williams, quienes se volvieron sus referentes literarios. En su biografía abundan los detalles cinematográficos o televisivos; sin embargo, donde mejores resultados ha encontrado es en la literatura, al grado de que ya recibió ofertas para llevar a la pantalla Amigo imaginario, aunque todavía no se decide, pues no está seguro de que sea para cine o televisión.