La tribu de los semínolas está dividida, sobre todo, entre Florida y Oklahoma. La cifra más socorrida es que existen alrededor de 30 mil personas pertenecientes a esta cultura indígena, algunos de ellos encontraron en Coahuila un espacio para sobrevivir, sobre todo tras las luchas que parecían buscar su exterminio en el siglo XIX.
Una historia poco conocida recuperada por Barry Gifford, autor de títulos emblemáticos como La vida desenfrenada de Sailor y Lula, llevada al cine por David Lynch, y también es considerado el padre de personajes como Perdita Durango y Romeo Dolorosa, nombres sonoros y pintorescos, que vienen de “la soledad de la frontera”, como solía decir Roberto Bolaño.
Ahora Almadía recupera una de sus obras más recientes, La corazonada, concebida como el acercamiento a un pasaje poco conocido de la relación entre México y Estados Unidos, en especial de la manera en que la frontera se consideraba como una línea imaginaria en la que no había nada que detuviera a los antiguos que la cruzaban de forma natural, precisamente como los semínolas.
Una novela ambientada hacia 1851 en la frontera entre México y Texas, escrita como una especie de western noir, donde se cuenta la migración de los indios semínolas de Florida, Oklahoma y Texas, a Nacimiento, en Coahuila.
Una historia que se entrelaza con la de esclavos fugitivos y su lucha contra el negocio de la venta de estos, con lo cual Gifford recrea asuntos que interesan tanto a EU como a México, porque la oferta de territorio a los semínolas se dio con la condición de que los ayudaran a luchar contra los comanches, en un tiempo de luchas incesantes en la frontera norte.
De acuerdo con Gifford, su interés por los semínolas surgió desde su infancia; incluso, se relacionó con jóvenes que trabajaban como “luchadores de caimanes”, por lo cual se dio a la tarea de investigar cuanto podía de esta tribu y escribir una historia que buscaba convertirse en un filme, en especial por gente como John Ford o Sam Peckinpah, “por desgracia, cuando terminé de escribir, casi todos se habían retirado o muerto y los estudios cinematográficos habían dejado de producir westerns”.
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DEL AUTOR
Barry Gifford, escritor, poeta y guionista estadunidense, suele sentirse muy cómodo en el cine negro y la literatura beat como herramientas para explorar la sociedad de su país, en especial la fronteriza.