De mis encuentros en Facebook salió un libro de relatos: Rosa Montero

De acuerdo con la escritora española, la gente necesita cultura “para tener un poco de luz en las tinieblas con el fin de poder seguir siendo nosotros; es una manera de luchar contra el coronavirus”.

La novelista participó junto con Cristina Fuentes La Roche en una videoconferencia organizada por el Hay Festival Cartagena de Indias. (EFE)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

La pandemia ha afectado distintos escenarios de la vida cultural de los pueblos, si bien en distintas épocas se ha levantado la voz para defender su importancia: la narradora española Rosa Montero trae el recuerdo de quien fuera primer ministro de Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill, cuando le pidieron más recursos para las armas.

“De entre las muchas anécdotas de Churchill, hay una en la que llega el ministro de Finanzas, en mitad de la guerra, y le dice que había que quitar el dinero a la cultura para hacer más bombas. Churchill no solo se negó a la petición, sino respondió: ‘Y, entonces, para qué peleamos’. Eso somos nosotros, el ser humano necesita eso, es el esqueleto de nuestra manera de ser: decía el pintor Georges Braque una frase que me voy a tatuar: ‘El arte es una herida hecha luz’”.

Al participar en una videoconferencia organizada por el Hay Festival Cartagena de Indias a la que el público se enlazó desde distintos países, la escritora española aseguró que más allá de los desafíos de nuestra época, del largo tiempo de sufrimiento de las sociedades –llevamos ya un año y todavía nos queda–, “tenemos que resistir y recomponernos mientras se buscan las vacunas, mientras se hallan las terapias.

“Para ello, la cultura es resistencia: hacer este tipo de programaciones es resistencia; de mis encuentros en Facebook y en otras plataformas salió un libro de relatos, la gente necesita, necesitamos eso para tener un poco de luz en las tinieblas, para poder seguir siendo nosotros, para seguir teniendo esperanza. Es una manera de luchar contra el coronavirus, sin lugar a dudas”.

EN EL MUNDO DIGITAL

De acuerdo con Cristina Fuentes La Roche, directora del Hay Festival Internacional, los cambios que se han tenido que hacer entre 2020 y 2021 no necesariamente han sido negativos, en particular al llevar todos sus festivales a un modelo digital, lo que empezó desde marzo del año pasado, cuando estaban a punto de lanzar la programación del Hay-On-Wye, en Gales, “y se hizo evidente que la pandemia había llegado a toda Europa, que se estaba complicando todo.

“Finalmente nos dimos cuenta de que era inviable: en cuatro semanas desmontamos un festival de 500 actividades y creamos un éxito rotundo que se repitió: todos tuvimos la imaginación, la creatividad y las ganas, para replicar esta experiencia en este mundo digital”.

Con el paso de los festivales, entre ellos el Hay Festival Querétaro, se dio un proceso de aprendizaje, porque no fue lo mismo hacer una transmisión en línea, como se llegó a hacer en el pasado, a preparar todo un escenario de intercambio no solo entre los ponentes, sino incluso con los participantes de otras partes del mundo.

“Cada uno estamos en nuestras casas, pero juntos. Hemos creado algo nuevo, hemos generado una sensación de comunidad, tan solo por la existencia de un chat que nos comunica desde la India, desde Bangladesh, de Colombia, de Gales”.

De esa manera se ha llegado a más de un millón de personas en los diferentes festivales, una media de 300 mil personas por festival; sin embargo, a decir de Cristina Fuentes La Roche, hay el convencimiento de que se trata de una experiencia que tendrá que ser híbrida: “Nosotros no hacemos eventos, sino festivales y creo que ese contexto humano, arquitectónico, cultural, hace falta".

Y ADEMÁS

LA EXPERIENCIA COLOMBIANA

Para Colombia, el Hay Festival se ha consolidado como una oportunidad de promoción del país. De ahí que hayan mantenido su apuesta para 2021, a pesar de ser una edición digital, en palabras de Gilberto Salcedo, director de Pro Colombia, al tiempo de preservar una plataforma para sus tres sedes: Jericó, Medellín y ahora en Cartagena.


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