En 1980, Liliana Weinberg llegó a México para ingresar como ayudante de investigación en el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México. Ya no regresó a su natal Argentina: se integró como investigadora en el Proyecto Biblioteca Novohispana de esta institución.
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Ahora, quien es considerada una de las promotoras del género ensayístico en nuestro país, se integra a la Academia Mexicana de la Lengua (AML), luego de haber sido elegida en la primera sesión plenaria virtual de la institución, celebrada el 23 de abril.
“Para una persona que vive para leer, escribir, editar, estudiar la literatura en lengua española, es decir, que está inmersa en el mundo de la palabra, de las letras, del lenguaje, éste es un gran reconocimiento”, expresa la investigadora.
Weinberg añade: “Fue una noticia luminosa para mí en un momento tan oscuro como el que estamos viviendo. Un verdadero sacudón que me recordó que hay vida a pesar del congelamiento en que estamos”.
EL LENGUAJE NOS HACE HUMANOS
“Somos seres de lenguaje. La lengua es una gran caja de resonancia del mundo y de la vida”, dice la investigadora. Por ello, la situación que ahora vivimos también incide en distintos niveles del uso de la lengua, no solo porque se socializan palabras que eran poco usuales, como coronavirus, pandemia o resiliencia, que salieron del espacio de los especialistas para difundirse entre otros sectores de la sociedad.
“Términos como ‘susceptible’, palabra que todos conocíamos, amplía su significado cuando se le pone en relación con la pandemia, recobra otro de los significados consignados en el diccionario: ‘ser susceptible de contagio’. Su sentido se extiende, en el contexto del coronavirus, a aquella persona que se puede contagiar”.
Desde la perspectiva de Liliana Weinberg, el sacudón que vivimos hoy día, atacados por un virus que todavía no terminamos de entender, “obliga a que ciertos términos se pongan en movimiento en distintos circuitos y permeen el discurso social”.
Y ADEMÁS
EL ENSAYO COMO ESPACIO DE REFLEXIÓN
Liliana Weinberg dice que es muy pronto para saber cuáles serán sus responsabilidades en la Academia, pero se siente un poco la “embajadora” de los temas que trabaja. El propio ensayo hispanoamericano “ha sido un espacio de reflexión sobre muchos temas y problemas que hoy son también inquietud de quienes estudian la lengua”.