“La ciencia y las máquinas pueden anularse mutuamente o ser reemplazadas. El mito, visto en espejos, imposible rozar siquiera, permanece. Si no es inmortal, prácticamente lo parece”. Las frases se encuentran casi al final del prólogo que preparó Ray Bradbury para Crónicas marcianas, uno de sus títulos emblemáticos, si bien sus registros son mucho más amplios.
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Nacido en Waukegan, Illinois, que es más conocido en su obra como Green Town, la bibliografía de Bradbury se enriquece con novelas, colecciones de cuentos, guiones, poemas y obras de teatro, además con una temática que va más allá de la ciencia ficción. Para celebrarlo a cien años de su nacimiento, aquí van distintas miradas acerca de una literatura más que vigente.
SUSANA LIZANO
ASTROFÍSICA
A mí me inspiró Ray Bradbury desde que era joven: me hizo soñar con sus relatos. Crónicas marcianas fue de los primeros libros de ciencia ficción que leí, una cosa muy interesante porque los marcianos de los que hablaba eran bastante parecidos a los humanos, con sus virtudes y sus defectos, pero al mismo tiempo era imposible comunicarse con ellos por sus diferencias culturales. Eso deja una sensación de pérdida, sobre todo porque eso refleja a la condición humana: en las sociedades, esas diferencias culturales se convierten en barreras para la comunicación.
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Él fotografiaba mucho al ser humano en sus relatos. Para mí, la ciencia ficción siempre ha sido una fuente de entretenimiento y de imaginación. Hay cosas muy bellas en Crónicas marcianas y, si bien había ciencia en esas historias, en especial tenían imaginación.
YURI HERRERA
EDITOR Y AUTOR DE DIEZ PLANETAS
Es un autor que ha envejecido muy bien; aun cuando por un lado hable de ciertas cosas que están sucediendo en su época, lo hace en una clave que permite comprender que va mucho más allá de una comunidad limitada en el tiempo. Si uno piensa en Crónicas marcianas podrías verlo como un libro sobre la exploración, pero también es acerca del colonialismo y claramente es una visión crítica del colonialismo estadunidense.
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Si ves Fahrenheit 451, está hablando de una época que parece haber regresado, cuando Trump y todo su entorno racista y oscurantista habla de “Make America great again”. La América a la que se refieren es esa época en que era mucho más clara y aceptada la división racial y, en la cual, era muy claro quién tenía el control del discurso público y de ciertas verdades: allí vemos la llegada de analfabetas funcionales al poder.
RAQUEL CASTRO
AUTORA DE OJOS LLENOS DE SOMBRA
A Bradbury lo descubrí en un libro de primaria. En ese momento sentí algo en el pecho, una nostalgia de algo que no había vivido. Por mucho tiempo me quedé con la idea de que Bradbury era un autor para niños, porque yo lo había leído en ese libro de la SEP. No era una época en la que importara mucho si algo era ciencia ficción o si era realismo o cuento de hadas, lo que importaba es que te hiciera sentir algo, que te gustara y te dieran ganas de releerlo. Cuando me dijeron que se trataba de un autor de ciencia ficción, me sorprendí, porque se me hacía más poeta, una especie de pintor con palabras.
Algo muy importante es revisitar esa sensibilidad de Bradbury: no importando sobre qué tema quisiera escribir, siempre hay algo muy humano, muy conmovedor en su forma de abordar el tema. Revisitarlo en el centenario de su natalicio no solo es justo, sino necesario: retomas libros que siguen siendo vigentes, porque para él lo más importante era lo humano, encontrar la sensibilidad y la humanidad en sus personajes, en sus situaciones.
BERNARDO FERNÁNDEZ, BEF
ESCRITOR, COMPILADOR DE LOS VIAJEROS: 25 AÑOS DE CIENCIA FICCIÓN
Definirlo como un autor de ciencia ficción lo limita a él y a los lectores, su registro es mucho más amplio. Es un autor de literatura y ya… la ciencia ficción es una parte por la que es más conocido, pero incluso pienso que dentro del mismo género no es un autor de mucho rigor, porque le interesaba más el lado humano. No le interesaba ver cómo funcionaban las máquinas de las que hablaba, sino cómo afectan al ser humano, a la gente.
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Me permitiría decir que hace algo que llama literatura del asombro. Ve al mundo con la misma fascinación con que lo veía cuando tenía ocho años. Eso, junto con una prosa poética entrañable, con un vuelo lírico muy alto y una imaginación prodigiosa, permiten que se siga leyendo. Hay muy pocos autores nacidos hace cien años que, al día de hoy, sigan vendiendo libros. Estoy seguro de que todos los días se vende un ejemplar de Crónicas marcianas o de Fahrenheit 451: es un autor que nos contagia su mirada asombrosa sobre el mundo, con una poética melancólica muy entrañable.
GERARDO HORACIO PORCAYO
AUTOR DE PLASMA EXPRESS
Bradbury tiene una influencia innegable en toda la literatura fantástica mexicana. Creo que la manera poética de enfocarse en el género fantástico, criminal, de ciencia ficción —el que tú quieras— le dio esa carta de adopción en todo el territorio latinoamericano: es uno de los autores más aplaudidos y más imitados. Sus visiones fueron una traducción más fácil de absorber, una poética más asequible a nuestro territorio: el autor más traducido en Argentina, a través de Minotauro, habrá sido Bradbury.
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Él llegó a decir que la misión de los escritores de ciencia ficción es adivinar los futuros posibles, derivados de las posibles máquinas: su aproximación siempre fue más humanista, apelaba a la sensibilidad frente a las crisis que se generan con las nuevas sociedades o con las nuevas tecnologías. Crónicas marcianas, por ejemplo, es una revisión en otra clave del estatus de la colonización de los pueblos estadunidenses, pero desde el lado humano.
JOSÉ LUIS ZÁRATE
AUTOR DE VENTANA 654. ¿CUÁNTO FALTA PARA EL FUTURO?
Si pensáramos en él solo como un autor de ciencia ficción, con eso sería más que suficiente, pero también fue un autor de novela policiaca, guionista de cine y televisión. Durante la llegada del Apolo 11 a la Luna las cadenas de televisión gustaban mucho de entrevistarlo. En cierta manera se fue convirtiendo en un referente, sobre todo porque su obra más conocida Fahrenheit 451 trata sobre la censura. ¿Qué pasaría si censuraran todos los libros?
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En cierta forma entrevistar a Bradbury era como hablar con el portavoz de la resistencia de ese futuro distópico. Pero más allá de lo mediático o no de su figura, basta leer uno de sus libros para descubrir el porqué es tan difícil olvidarlo: es ciencia ficción, es fantasía, es imaginación, es una voz melancólica que nos muestra qué tan diverso y poético puede ser, incluso, el horror. Creo que la vigencia de Bradbury radica en que nos invita a ser parte de la resistencia.
LA VIDA, UNA VISITA CONSTRUIDA DE SUEÑOS
Alguna vez Ray Bradbury dijo: “la vida es una visita construida de sueños”, frase que podría aplicarse a su vasta obra. Nacido en Waukegan, Illinois el 22 de agosto de 1920, publicó su primer relato en 1938. El reconocimiento llegó en 1950 con Crónicas marcianas, novela a la que siguieron El hombre ilustrado (1951), Fahrenheit 451 (1953), La feria de las tinieblas (1962) o La muerte es un asunto solitario (1985). Autor también de novela policiaca, poesía, teatro y guiones para cine y televisión, murió el 5 de junio de 2012.