El trabajo fotográfico de desnudo masculino que realizó Maritza López se reúne en la exposición De viento y materia, que se inauguró este viernes en el Museo de Arte Moderno (MAM).
Su interés por el desnudo inició cuando trabajó con el editor Guillermo Mendizábal en los 70 en la revista Eros, en un momento en el que la censura los perseguía, sin que ella desistiera en su cometido.
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La fotógrafa, reconocida por haber realizado el trabajo fotográfico de cuatro de los cinco calendarios de Gloria Trevi, dijo que lo que el público verá en esta exposición son diferentes etapas de su proceso creativo.
“En algún momento son cuerpos más estéticos, después, cuando empecé a trabajar con bailarines logré cuerpos más en vuelo. Posteriormente vino una etapa en la que empezó la tendencia a virar hacia las fotografías con otras miradas, le metía letras y las intervenía. Creo que pueden ver toda esa variedad de temas y todo lo que hice desde los 70 hasta el año 2014”.
La fotógrafa dijo que actualmente realiza cosas distintas, apostando por una estética que muestra el cuerpo “decadentón”.
Recordó que sus inicios en la fotografía fueron gracias a la colaboración que tuvo en la revista Eros: “Ahí me hice, fue cuando me empecé a acercar sin miedo a los cuerpos, a moverlos, ya tenía mucha experiencia con los bailarines porque siempre he sido fotógrafa de danza; los bailarines valientes siempre han trabajado conmigo, por eso tenía esta apertura y experiencia al fotografiar desnudo masculino”.
Aseguró que hay diferencias entre tomar fotos a hombres o mujeres: “ellos siempre te proponen hacer otras cosas y con las mujeres es un poco más suave, además en las mujeres ayuda mucho la cuestión de sus curvas, eso suaviza mucho la forma”.
La fotógrafa compartió que al principio de su trayectoria tuvo muchas exposiciones censuradas, una en particular en la Alianza Francesa: “era una época en la que resultaba imposible exhibir desnudos y mucho menos vello púbico”.
Aseguró que actualmente la situación ha cambiado debido a que las nuevas tendencias son muy abiertas y las técnicas han variado. “Ahora las luces cambian los colores, los chavos ya hacen otras cosas desde el arte conceptual”.
En las fotografías de la exposición, que abarcan un periodo de los años 70 hasta 2014, se pueden admirar las imágenes de quienes fueron sus modelos como: Raúl Parrado, Alberto Estrella, José Luis Moreno y Jaime Blanc quien acaba de fallecer. Aunque el público no verá claramente sus rostros ni sus manos, detalló.
“Trabajas mucho mejor si eliminas el rostro y las manos y te quedas nada más con el cuerpo, es demasiado lo que dicen esas partes del cuerpo y pueden cambiar todo el significado, por eso las omito”.
Katnira Bello, curadora de la muestra, destacó el interés recurrente de la fotógrafa por el desnudo de estudio.
“A mí siempre me ha parecido de mucho interés que una mujer fotógrafa en los años 70 tomara el desnudo masculino, con toda esta censura. Hay que decir que el trabajo de Maritza es sumamente poético y, por otro lado, guarda muchísimo cuidado en la iluminación con el laboratorio, de tal forma que es un trabajo contracultural, pero con las reglas de la academia, es decir, inventar una tercera vía para toda esta ruptura que se hizo en los 70y 80 en torno a la fotografía”.
La curadora relató que trabajaron muchísimo revisando distintos materiales desde lo que se hizo con Guillermina Bravo y con los bailarines, coreógrafos, gestores, artistas de performance y teatreros con los que Maritza logró una gran complicidad.
En la inauguración Natalia Pollak, directora del Museo de Arte Moderno, expresó que Maritza, ganadora en 1980 del Premio en la Bienal de Fotografía, tiene una sólida trayectoria ya que su trabajo se ha publicado en revistas como Artes de México, Tierra Adentro, Cuartos Oscuro, Proceso y People en Español, así como en periódicos como La jornada, El universal y The New York Times, entre otros.
La selección de las obras exhibidas, subrayó, le permiten a los visitantes acceder a una de las vertientes menos conocidas de la autora, como el trabajo de estudio en torno a la fotografía de desnudo que Maritza López ha realizado durante más de cuatro décadas y que se dan cita aquí, en este conjunto de piezas.
“Imágenes que giran en torno al cuerpo, a la luz y los múltiples imaginarios que detonan el cuerpo, el cuerpo como espacio de vocación poética. Se trata de composiciones sumamente cuidadas, cuya precisión tanto en la iluminación como en el laboratorio resulta evidente con esta muestra del MAM”.
PCL