En geografía se conoce a un ecosistema húmedo, donde las mareas juegan la interminable caminata de ir y venir, como marisma. Éstas pueden contener plantas, árboles o herbáceas. El agua de la marisma puede ser solo de mar o la resultante de la mezcla de agua dulce de un río y el agua marina, generalmente conocida como salobre. Casi siempre encontramos partes de ellas sin vegetación alguna predominando en el suelo los fondos arenosos.
La principal característica de una marisma es la falta de relieve y su estacionalidad, es decir, por los cambios profundos que se producen en las estaciones del año y por las elevaciones de marea.
La uniformidad de las marismas solo se rompe por pequeños accidentes geológicos conocidos con el nombre de vetas, que son elevaciones que se originan durante la estación lluviosa; sin ellas podrían perecer ahogados muchos animales terrestres, como conejos y liebres.
“En un ecosistema de marismas, las altitudes rondan de 0 metros a 10 metros. Las formas dominantes del relieve continental de este ecosistema son fundamentalmente las llanuras y las depresiones, aunque pueden existir montañas y mesetas como límite geográfico en la zona periférica. Las marismas presentan diversos niveles de estancamiento, que se corresponden con diferentes niveles de terrazas. Una terraza es la colmatación de una depresión producida de un río que se inunda debido a las mareas. Las formas dominantes del relieve costero se asemejan a una ría, donde el mar va ganando espacio hacia el interior del continente.” (Entrecomillado es cita de Wikipedia).
Este término en su etimología procede del latín maritĭma ora que quiere decir orillas del mar.
La foto de hoy la hice en el atardecer con marea baja en una marisma arenosa, aunque por los lados es rica en hierbas y pequeños peces y crustáceos, cerca de una playa al sur de Texas, en los Estados Unidos.
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