A poco más de 19 meses de la pandemia el cierre de espacios culturales y artísticos para las actividades presenciales motivó un ajuste de formatos y una reflexión en torno a las aproximaciones con el público, por lo que este 25 de octubre, Día Mundial de la Ópera, sus intérpretes, directores de escena y orquesta, músicos, danzantes, entre otros artistas que hacen posible esta disciplina, celebran en recintos importantes del país, como el Palacio de Bellas Artes y otros, con su auditorio, con una actitud de colaboración y la firme convicción de presentar producciones nacionales en el mundo para mostrar la cultura y el talento que posee México.
En entrevista por separado, Enivia Muré, soprano poblana ganadora del premio Artista del Bel Canto en la Categoría Oro en Europa, de Las Vegas International Press Association State of Nevada USA 2020; y Alonso Escalante, director de la Compañía Nacional de Ópera, coincidieron en que el festejo de esta expresión artística llega en un momento oportuno para reforzar la relación con su público, pero también para invitar a que quienes aún no se atrevan a experimentarlo puedan acercarse, pues la pandemia provocó que sus artistas pudieran reflexionar sobre su importancia en la sociedad y la necesidad de la ópera para expresarse en medio de los estragos de la contingencia sanitaria.
“(Estar en la ópera) ha sido un camino de gratas sorpresas, con algunas tormentas como sucede en la vida normal. Creo que mi desarrollo ha sido muy satisfactorio (…) Considero que la ópera ha sido una oportunidad de desarrollo emocional y personal, y también para todo aquel que la escucha porque le llama la atención o le resulta un accidente. Creo que a cualquier persona que se acerca en esta disciplina, la ópera le cambia la vida”, comentó Enivia Muré.
En ese sentido, la artista poblana comentó que dar vida a personajes como Madame Butterfly (Giacomo Piccini), Micaela (“Carmen”, de Georges Bizet) o Nedda (“Pagliacci”, de Ruggero Leoncavallo) implica comprender lo que buscaba el compositor, adentrarse a la época en la que fueron escritas: “Ha sido mucho estudio empezando desde el idioma. Algunas óperas están en italiano, algunas en francés, en ruso o checo. Tengo que introducirme en la lengua para empezar a conocer la cultura, analizar los personajes, lo que quería el compositor para así poderlo vivir, ponérmelo en la piel y vibrarlo. Transformarme y dejar de ser yo”, dijo.
Aunado a ello, externó la solidaridad que se manifestó en el gremio de la ópera y otras disciplinas artísticas, pues “(presentarme en Europa) ha sido un regalo al alma, una respuesta al trabajo previo. No me sentí como extranjera, fue como volver a casa y compartir con colegas, pianistas, mis amigos, pues todos pasamos por lo mismo con la pandemia, lo cual hizo crecer esta hermandad. Ahora volvimos a empezar y siento como si tuviera un gran hogar”, dijo.
Sin embargo, tras recordar su participación en la Gala de Ópera Mexicana en el Palacio de Bellas Artes en septiembre pasado, la también ganadora del Premio de Talent Music Master Courses y Gran Teatro de Brescia (2016) indicó que México es tierra de grandes compositores e intérpretes, quienes han tenido una excelente formación artística y han demostrado en el mundo su talento, hecho que ha permitido romper fronteras.
“Creo que nuestra gente debe reconocer la ópera no solo italiana, sino también mexicana porque hay mucho acervo como lo demostró la gala, material que es digno de ser escuchado. Hay que perderle el miedo (…) Hay que quitar esta forma de ‘la ópera es solo para gente culta, que sabe idiomas o es intelectual’. Nuestra gente merece conocer a nuestros compositores (…) Así como reconocemos a nuestros científicos, deportistas o maestros, también hay que reconocer el esfuerzo de un compositor y más si es mexicano, porque muestra nuestra cultura al mundo”
“Como intérprete siempre he tenido la tarea, en la medida de mis posibilidades, de dar a conocer el repertorio de compositores mexicanos. Es una forma de seguir haciendo que el pasado viva. No hay que olvidar de dónde venimos, pero debemos estar presentes de la actualidad, sobre todo con nuestros compositores”
Por lo anterior, indicó que este festejo del Día Mundial de la Ópera representa una oportunidad para que dicha manifestación artística muestre los cuatro siglos de historia, pero también el público pueda hallar un medio para exponer sus emociones que han sido afectadas en esta pandemia.
“Tenemos que festejar que hay historia, que estamos vivos, que podemos comunicarnos a través de la voz del canto. Esta época tan dura nos ha demostrado que la única forma en la que la humanidad puede ser seguir siendo creativa es a través de las artes y la ópera reúne a todas las disciplinas artísticas: la poesía, la música, el canto, por eso es importante el Día Mundial de la Ópera, porque sin estas artes la gente no hubiera sobrevivido más o menos cuerda a esta pandemia. Creo que tenemos mucho que celebrar, la gente sin artistas no podría tener vida”.
Resiliencia del arte para seguir haciendo ópera
La llegada de la pandemia representó un antes y después en muchos ámbitos de la sociedad, y las artes, en específico la ópera, no estuvo exenta de la situación; sin embargo, sus cuatro siglos de tradición fueron un cimiento vital para que en el caso de México y sus artistas, se tuviera un nuevo acercamiento al público y se pudieran explorar formatos, por lo que la celebración gira en torno a las formas de representación y la capacidad de resiliencia que la ópera despierta, además de que la tradición sigue más viva que nunca, indicó Alonso Escalante, director de la Compañía Nacional de Ópera en entrevista.
"Celebraremos representando la ópera de la manera más cercana a lo ideal que estas condiciones nos ofrecen. Me refiero a la ópera de Bellas Artes, donde estamos en medio de la temporada de ‘Ascanio in Alba’, de Mozart. La celebración tiene que ver con la posibilidad de volver al escenario, estuvimos fuera por 19 meses. Regresamos en julio con algunos conciertos y tenemos esta posibilidad de presentar nuestra segunda ópera después de marzo de 2020, cuando suspendimos las actividades. Es la mejor forma de celebrar y dar testimonio de que la ópera está viva y de mostrar una comunidad muy grande, de las más multidisciplinarias que puede haber de las manifestaciones artísticas”, explicó.
Asimismo, comentó que ante el cierre de espacios por la crisis sanitaria, la tecnología jugó un papel importante, pues además de continuar con un público asiduo y amante de la ópera, esta manifestación artística también pudo llegar a otras latitudes, así como a un nuevo auditorio que poco a poco empezó a abrirle las puertas de su hogar.
"Fue todo un aprendizaje y vivencia muy intensa, enfrentar con carácter resiliente esta pandemia y regresar a estos escenarios. Afortunadamente, para nuestros tiempos pudimos contar con mecanismos y la comunicación que ofrece la virtualidad, el internet y redes sociales. Prácticamente, pudimos seguir en contacto con el público. La ópera es un arte vivo y el ideal es estar en el teatro frente al público, pero estos mecanismos que la tecnología nos ofreció permitieron mantener el contacto y al final de cuentas, creo que fuimos compañeros mutuos. El público nos abrió las puertas en sus casas y vidas y nos sentimos acompañados (...) Esta forma de expresar la ópera también nos permitió tener contacto con un público que antes no teníamos, un público nuevo que no se había acercado a la ópera y que nos estuvo siguiendo desde muchas partes del mundo".
Por ello, el festejo se realiza con un nuevo capítulo donde si bien se mantendrán los protocolos sanitarios en las presentaciones en vivo, la tecnología seguirá abriendo canales para que el público pueda disfrutar y experimentar la ópera, pues su historia continuará escribiéndose durante mucho tiempo: “Larga vida a la ópera. Queremos que siga siendo tan única y diferente, que continúe el espectáculo ‘sin límites’ como se le llama, o ‘el arte total’ como lo dijo Wagner en su momento”, finalizó.
AFM