Fundada en 1991 en memoria de Amparo Rugarcía de Espinosa por Manuel Espinosa Yglesias y su hija Ángeles Espinosa Yglesias Rugarcía, el Museo Amparo celebra este lunes su 31 aniversario en un ambiente de revalorización, pues a dos años de realizar actividades en línea y en formato híbrido debido a la pandemia, ahora se coloca no solo como un espacio vital para conocer la historia y arte prehispánico y contemporáneo a nivel nacional e internacional, sino como un punto de referencia en investigaciones, protección de patrimonio y oferta cultural de museos, coincidieron especialistas y curadores del recinto.
En conferencia de prensa, Ramiro Martínez Estrada, director del espacio cultural, destacó la función que ha cumplido el museo en sus más de tres décadas de trabajo en la sociedad poblana, tanto en la muestra permanente con la exposición de arte precolombino, así como las nuevas propuestas artísticas visuales y la realización de talleres. Además, comentó que en estos dos años de pandemia el museo ha logrado permanecer activo y en contacto con el público, a través de diversos programas y herramientas, una oferta cultural constante y la entrada gratuita hasta nuevo aviso.
En ese sentido, destacó Museo Amparo Plus, aplicación móvil donde se pueden conocer las actividades del sitio, además de las publicaciones e investigaciones que están en curso referente a las piezas y los recorridos virtuales por las salas. Ante esto último, resaltó el diálogo permanente entre las salas del recinto, pues en ellas se puede apreciar el paso del tiempo a través del arte y su relación.
Por su parte, Pablo Escalante Gonzalbo, curador de la Sala Permanente de Arte Prehispánico, señaló la importancia del Museo respecto a la protección, visibilización, cuidado e investigación de más de mil 700 piezas de arte prehispánico, las cuales representan un acercamiento con las raíces del México contemporáneo y la conformación de identidad, ya que su originalidad ha atraído a turistas y extranjeros: “Cuando podemos mirar la figura, ésta pierde importancia esa idea sacrificial y se vuelve plural esa alma precolombina”, comentó.
Asimismo, destacó las escenas que se pueden contemplar durante una visita a este recinto cultural, lo que ha generado un impacto positivo en la sociedad, ya que familias, turistas, investigadores, estudiantes o curiosos son los asistentes permanentes de este espacio, protagonistas de experiencias significativas, formativas y de disfrute.
Mientras, Pablo Amador Francisco Marrero, curador de la sala de arte virreinal y siglo XIX, reconoció la labor del museo dentro de la investigación, así como su vinculación con la sociedad, pues indicó que el sitio es un punto de referencia para museos del país: “La dirección del museo es un planteamiento contemporáneo y moderno, pero también consciente de lo que debe ser un museo. Desde nuestra área hay que hablar de una trayectoria sobre este aniversario, es un punto para escuchar alabanzas, pero también a las críticas y el museo siempre está abierto a esas críticas (…) El Amparo cumple con su función de investigar su colección, no solo con la publicación de obras, sino en la exposición de piezas”.
En ese sentido, explicó que el sitio ha desarrollado un importante ejercicio de investigación a través de seminarios, congresos, diplomados, cursos, diálogos sobre la historia del arte, publicaciones digitales e impresas, los cuales sirven como punto de partida para expandir el conocimiento.
Por su parte, Tatiana Cuevas, responsable de la curaduría de El Tiempo en las Cosas. Salas de Arte Contemporáneo, resaltó el trabajo continuo del museo para mantener el diálogo entre sus salas de exhibición, al ser ésta última la más joven y que reúne el trabajo de 30 años de artistas contemporáneos, de las cuales 150 piezas ya están documentadas y donde la investigación ha sido vital para continuar con la exploración de más propuestas, lo que dará como resultado una próxima publicación de arte contemporáneo.
“No es una colección que busque ser enciclopédica del arte mexicano de las últimas tres décadas, es una colección que busca el diálogo. Ésta se conforma por obras producidas en los últimos años (…) Cada pieza nos remite en un tiempo y cosmogonía, pero confluyen en una forma de pensar, acercarnos al presente y al pasado”, indicó.
Por último, Ramiro Martínez destacó que el museo permanecerá con entrada gratuita, con los protocolos sanitarios, así como más actividades de vinculación social y con otras instituciones de investigación de arte.
Entre estas actividades se encuentran las exposiciones “El Lenguaje del Afecto de José Ibarra”, hasta el 22 de mayo; “Anatómica”, de Cisco Jiménez, hasta el 18 de abril; así como el curso en línea de retrato o autorretrato a cargo de los restauradores José Alberto González y Mariana Flores Hernández. Por último, para los más pequeños, se tiene la sesión de cuentacuentos “La Princesa y el Pirata”, sin embargo, el museo también dará a conocer su agenda a través de las redes sociales.
Exposiciones para recordar
Una de las artistas mexicanas más relevantes del mundo, es la fotógrafa Graciela Iturbide, de quien se compartió en 1993 una exposición retrospectiva con 80 fotografías en blanco y negro.
En 2007 se inauguró la exposición Los murales de Miguel Covarrubias: Esplendor del Pacífico, la cual estuvo compuesta por cinco grandes mapas.
Para 2012 se montó la muestra Los límites de la forma, que ofreció un recorrido por la carrera del arquitecto mexicano, Enrique Norten.
En 2019 abrió sus puertas la exhibición Africamericanismos, resultado de un proyecto transmedia de investigación y producción visual sobre las comunidades afrodescendientes en América latina y el Caribe.
En 2021 el Museo Amparo, en colaboración con el Museo Universitario Arte Contemporáneo (Muac) presentó la gran exposición Manuel Felguérez. Trayectorias, con 88 obras del artista zacatecano.
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