Con más de 300 obras en formatos que van de lo pequeño a lo monumental, el artífice del emblemático ajedrez del Tecnológico de Monterrey se describe como “antiestilo”.
Miguel Peraza (CdMx, 1959) lo mismo habla con soltura de política, física, estética y cine para explicar su visión de la cultura y la escultura, que del papel que estas disciplinas tienen en la sociedad. Un barco a escala que construyó su padre lo ha inspirado.
Hay un par de barcos en su estudio. ¿Cuál es su relación con los barcos?
Estoy preparando una enorme exposición llamada Nervaduras de viaje, la idea es que saliera del Museo de la Marina de Bilbao y se fuera a Ámsterdam. Este (señala un barco que está una vitrina) fue un regalo que me hicieron cuando cumplí 50 años, lo hizo mi papá por ahí de la década de los 50. A él le encantaban los barcos, me ha servido de inspiración para muchas cosas.
Su obra ha sido comparada con la de Marcel Duchamp y la de Alexander Calder. ¿Considera válida la comparación?
Más que las comparaciones, han sido las coincidencias. Duchamp pertenece a un momento histórico que tiene que ver con la inutilidad de los objetos en el consumo. Él ve que algunas cosas hechas de manera industrial, al exhibirlas de otra forma, cobran otro valor social. Junto con él estuvo Jean Tinguely, que se dedicó a hacer máquinas que parecían funcionar como grandes juguetes. Los dos tenían la visión de que si la humanidad seguía el camino del consumo se perderían valores y serían sacrificados por el precio.
En Holanda hice una exposición y coincidí con una enorme muestra de Tinguely. Yo estaba exponiendo Las máquinas inútiles, en las que se hace una revisión de la inutilidad de la industria. De todo ese desecho que vamos dejando se pueden construir cosas con valores distintos al precio.
Calder sí construye y en ese sentido yo construyo, doblo, moldeo el fierro, lo atornillo, pero hay una parte mucho más constructiva, tiene que ver con el problema de los desechos industriales que pueden convertirse en objetos estéticos. Por eso se han hecho estas comparaciones.
Respecto a los artistas contemporáneos, ¿con quién tiene puntos de coincidencia?
Con muchos artistas, Ivonne Domenech fue una gran escultora, acaba de morir. Me gusta mucho la obra de Federico Silva, hay obras de Sebastián que son extraordinarias.
Las fundiciones siempre eran el centro de reunión de todos los escultores, coincidíamos e íbamos a echar una chela, íbamos a la cantina y ahí seguíamos discutiendo cada quien en lo suyo.
¿No es joven para pensar en una autobiografía?
Todas las obras tienen su anécdota atrás, cuando las platico me preguntan por qué no las escribes. Hay momentos tan distantes unos de otros que, si tú no los concentras, va a ser muy difícil que cuando te entrevisten logres llegar a ellos.
¿Cómo llega al cine?
En un simposio conocí a Gabriel Retes y nos hicimos muy amigos. Platicando me dijo: “Me encantaría que leyeras el guion de mi próxima película”. Lo leí y me tarde más de lo normal en entenderlo. Finalmente le dije que ese guion debería estar matizado en ciertos colores y me respondió: “Nunca había visto que alguien interpretara una película por color…”, y me ofreció hacer la dirección de arte.
Se hizo la película, la inscribieron a los Arieles y nos llevamos seis, incluido el mío por la dirección de ambiente.
¿Qué película vio últimamente?
La última que vi, y por la que he estado muy cerca también de Gabriel (Retes), fue La revolución de los artistas, sobre el nacimiento del muralismo en México con Vasconcelos.
¿Cuál es su opinión sobre la política actual?
Que México, a pesar de haber tenido una revolución tan importante, sigue en buena medida sumido en la ignorancia. Que gran parte de nuestros políticos son indigentes culturales, que no entiendan que la cultura es el espíritu de una nación, y que no somos los productores culturales los únicos responsables de ella.
En el periodo de Miguel de la Madrid se les olvidó incluir un capítulo para los asuntos culturales en el Plan Nacional de Desarrollo. Enrique Peña Nieto, por la influencia creo que de Rafael Tovar y de Teresa, es el presidente que crea la Secretaría de Cultura, que fue la demanda que durante muchos años Vasconcelos tuvo para el país.
¿Ahora que está leyendo?
A Gombrich, Meditaciones sobre un caballo de juguete, sobre el problema de la imaginación. Si un niño va montado sobre el palo de una escoba y le va diciendo “arre”, él se pregunta si realmente existe o no el caballo.
A Fernando Leal, La monumentalidad de lo íntimo; aquí hay varios textos que escribió sobre mi trabajo.
¿Qué hay en su "playlist"?
“Cuadros de una exposición”, de Mussorgsky, quien compuso la obra por un amigo pintor que le platica de su exposición. Su amigo muere, pero antes le platica que los cuadros han sido inspirados por una novela. Mi pregunta es si Mussorgsky escribió sobre cuadros de la exposición de su amigo, o la visión de su amigo sobre el escritor.
“La catedral sumergida”, de (Claude) Debussy es maravillosa. Cuando sumerge la catedral quiere decir que sumergió la fe y un montón de cosas, que si las quieres encontrar, las hallarás en el fondo del mar.