Claudio Valdés Kuri: “Hay que enamorarnos del conocimiento”

El dramaturgo, director de escena, actor y músico dio un salto cuántico del tarot a la ciencia, inspirado por el neurofisiólogo mexicano Jacobo Grinberg y el filósofo Ervin Lázló, para crear 'La fábula del todo'.

Retrata cómo estudiantes recurren a la física cuántica, la biología y la neurociencia para evitar el cierre de su plantel. (Foto: Daniel Ortíz Mayo)
Ciudad de México /

El dramaturgo, director de escena, actor y músico Claudio Valdés Kuri (1965) dio un salto cuántico del tarot a la ciencia, inspirado por el neurofisiólogo mexicano Jacobo Grinberg (1944) y el filósofo Ervin Lázló (1932), para crear La fábula del todo, su nueva obra enfocada a la educación y dirigida a jóvenes.

“Hay que enamorarnos del conocimiento”, insta el premio Nacional de Artes y Literatura 2023.

Después de montar Del Mago al Loco. Una revelación del tarot, cuya concepción le llevó dos décadas, el director egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica escribió en coautoría con Mónica Hoth su nueva pieza, que retrata cómo estudiantes de la preparatoria Corazón de Jesús Borraz Moreno recurren a la física cuántica, la cosmología, la biología y la neurociencia para evitar el cierre del plantel.

La fábula del todo nace del interés de transmitir conocimientos de ciencia que nos empoderan, que dan preeminencia a la creación mental por encima de cualquier otra cosa. Está pensada mucho para jóvenes de secundaria y preparatoria, que es un público muy poco atendido”, comenta en entrevista el fundador de la compañía Teatro de Ciertos Habitantes, que desde 1997 monta piezas de vanguardia.

La obra se estrena este viernes 30 de agosto en el Teatro Helénico, para una corta temporada hasta el 13 de octubre, en funciones de viernes a domingo, con precios muy accesibles para jóvenes y descuentos.

“La franja de vida de la adolescencia me parece fundamental. En mi caso, tuve ciertos maestros que me dieron rumbo de vida. Y así es como colaboro en eso a través de la ciencia. No estamos hablando de una teoría; las fábulas científicas son aquellas en las que no existen conocimientos tecnológicos para subirlos a teorías, son fábulas científicas. Y, en este caso, son las que que ha conjuntado y avivó el filósofo integrista Ervin Lázló, un gran científico, pianista y un gran humanista”, expone Valdés Kuri.

—¿En qué medida está presente Lázló en una obra sobre algo tan cotidiano como las escuelas?

Él representa a muchos otros más que han buscado integrar todas las experiencias, no sólo físicas, químicas, biológicas, sino también la conciencia, el poder interior, el de nuestra mente, incluso nuestras creencias. Aventura una fábula que se hermana con otras fábulas, corrientes místicas o teorías científicas. La fábula del todo se basa en su libro El universo informado (Nowtilus, 2007), que sostiene que hay un universo informado, con un vacío en el que no sabemos qué hay, porque la manifestación de la materia es mínima, casi todo es vacío. Hay quienes dicen que no es vacío, sino una gran red de información a la cual podemos acceder. De eso se trata: de transmitir conocimientos a jóvenes y a todo mundo ante la idea de que podemos cambiar el entorno con nuestro pensamiento. Sostenemos fervientemente que sí, que el entorno, nuestra salud y resultados, parten de nuestro pensamiento.

—¿Y cómo atrapar a los jóvenes con ese conocimiento?

La obra, además del conocimiento científico que se pone en la mesa, está atravesada por una anécdota, porque nos gusta que nos cuenten cuentos. La anécdota es como una tabla de surf que te lleva por encima de las olas del conocimiento. Eso ayuda mucho. Hay que enamorarnos del conocimiento. Y hay que hacerlo de una manera muy lúdica, aprender sin que te des cuenta que estás aprendiendo.

“Esa es la clave. La obra busca mucho eso: cómo pasamos toda esta información para que, a través de la música, el movimiento, sea un texto fluido, con un lenguaje científico bajado a lo más cotidiano posible para que todo mundo pueda entenderlo. Esas han sido las principales herramientas, a la vez que el montaje es bastante sencillo. Un buen maestro no necesita nada más que su inspiración”.

Está pensada mucho para jóvenes de secundaria y preparatoria. (Foto: Daniel Ortíz Mayo)

—La anécdota de La fábula del todo es el cierre de una escuela, algo ya muy cotidiano en México. ¿Por qué ahora está interesado en la educación?

Es un proceso que viene de mucho tiempo atrás. Como artista y como compañía hemos logrado muchas cosas, cumplido muchas metas y deseos. Y ahora lo que viene es el legado. Me queda clarísimo: ahora es un asunto de legar lo aprendido. Esto que hablamos del pensamiento es algo que he (y hemos) experimentado y es tiempo de pasarlo a otros. No hay interés particularmente mío que el de la educación y el del conocimiento, y en correspondencia, regresarlo. Si es a través del teatro, genial.

—Casi como la carta de El Loco parece que está por dar un salto al abismo, al pasar del tarot a la ciencia, dos tipos de conocimientos que se han venido viendo separados.

Sí, han sido corrientes de siglos atrás en las que venimos separando todo: la ciencia, el esoterismo, la religión. Pero, hay corrientes a finales del siglo XX y en este siglo que empiezan a juntarlo todo nuevamente. Se explica lo mismo, a fin de cuentas. El tarot habla de creación mental, “tú eres el creador de tu escenario”, eso dice El Mago; y los científicos dicen lo mismo: nosotros creamos nuestro escenario con nuestras mentes. Sí puedo decir que crear un lenguaje del tarot, que me llevó 20 años, tiene una fluidez distinta porque me siento más cercano; en cambio, para la ciencia pasaron 4 años de romperme la cabeza para entender cosas básicas. Confío en que si yo lo entendí, el público también.

—¿Qué diferencia implicó llevar su nueva obra a escena?

Ha sido un gran reto La fábula del todo. Aunque es un proyecto muy sencillo en su formato, infinitamente más sencillo que Del Mago al Loco. Una revelación del tarot, en el contenido me ha costado mucho trabajo. Pero, finalmente, ya llegué a cosas que estoy recordando y aplicando día a día, porque de eso se trata el conocimiento científico: de la repetición, la medición y la comprobación.

—Y después de estudiar tanto ciencia ¿me podría ya explicar las películas de Christopher Nolan?

Ja, ja, ja. Comentario al margen: las películas del cine hollywoodense que trabajan con ciencia manejan unas teorías fantásticas, pero, por desgracia, se pierden en los catorrazos, en el orden, a favor del gran público. Esas teorías se pierden, en razón de la acción y las persecuciones y la muerte, todo ese rollo. La ciencia ficción ha perdido fuerza a favor de tener masa, que igual tendría. Esas películas se vuelven películas de acción y se olvidan de la parte de ciencia ficción, del viaje por teorías de punta.

—Las obras de Teatro de Ciertos Habitantes son interdisciplinarias. Tienen mucha música, usted estudió música (igual que Lázló). La fábula del todo está llena de música, de marimba. ¿Por qué?

Exacto. Fue una licencia dramatúrgica. Y muy afortunada. Después de ver tocando la marimba a estos maravillosos grupos Marimba Nandayapa, Tambuco, estas maquetas y sonidos son como del mundo de la música cuántica, es una cosa de inspiración. Me suena. Investigué la historia fundamental de lo que se hizo en México con la marimba. Y la preparatoria donde ocurre nuestra obra se llama Corazón de Jesús Borraz Moreno, que fue el inventor de la marimba de cinco octavas, que es la que está actualmente en todas las orquestas sinfónicas del mundo, entró a ellas para quedarse. Y el repertorio (de la obra) está muy padre, porque hay en esta preparatoria la herencia de una marimba, de Corazón de Jesús Borraz Moreno (1877-1960). Y es un buen pretexto para utilizar la música de marimba alrededor de todos estos fenómenos químicos, físicos, biológicos y neurológicos.

—Durante la pandemia se estrenó el documental El secreto del doctor Grinberg (Ida Cuéllar, 2020), a propósito del psicólogo y neurofisiólogo Jacobo Grinberg, que desapareció hace 30 años, en 1994. ¿La fábula del todo tiene que ver con las ideas de ciencia y conciencia que él planteaba?

Mira, muy buena tu intuición. Todo empezó con Jacobo Grinberg. Mi inspiración de llegar a esto fue él, este gran científico mexicano, pionero. Yo tomé un taller cuántico con su hermano David y de ahí empezó mi interés por la ciencia, por estos científicos que juntan la conciencia con la ciencia. Todo fue inspirado por ellos. Y encontré que en el texto de Ervin Lázló aparecía Jacobo Grinberg, pero actualizado, ahí lo nombra y hace bien Lázló; Grinberg es el pionero de la neurociencia, el gran pionero es este gran científico mexicano. Y desde Grinberg a Lázló ha habido avances en el mundo. Sí, Jacobo Grinberg está muy presente en La fábula del todo e incluso es nombrado en la obra. No podía no estar.

***

El elenco de La fábula del todo se conforma por Carolina Blanco, Emiliano Campos, Xóchitl Galindres, Alexis García, Abril Ramos Xochiteotzin y Rodrigo Vázquez Maya. La producción está a cargo de Vázquez Maya; con diseño de movimiento de Vladimir Rodríguez; iluminación de Sergio Écatl; vestuario de Jimena Fernández; música original de Paul Barker, y arreglos de Julio Gándara.

PCL

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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