“El Inbal y Sotheby’s actuaron correctamente”: Luis Martín-Lozano

Cultura

El historiador del arte habla a MILENIO de la subasta en Nueva York en la que había obras de la colección Gelman.

Caballos en el circo, María Izquierdo, 1940. (Especial)
Ciudad de México /

El historiador del arte Luis Martín-Lozano, quien regularmente es consultado por las casas subastadoras más importantes, como Christie’s y Sotheby’s, habla de la subasta realizada este 19 de noviembre donde salieron a la venta piezas de la Colección Jacques y Nastasha Gelman.

Como investigador y curador de arte moderno y contemporáneo, él sabía que se realizaría esta subasta de Sotheby’s y que entre esos cuadros estarían obras de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y María Izquierdo, artistas que están cubiertos por la Declaratoria de Monumento Artístico.

“Las casas como Sotheby’s son muy cuidadosas, revisan muy bien qué es lo que están vendiendo, de dónde vienen las obras. Ellos le llaman provenance, que es el recorrido que ha seguido una obra de arte desde que el artista la hizo hasta la actualidad. Normalmente lo incluyen en sus catálogos en línea, es decir, muestran el historial de las piezas, eso le permite al comprador, saber de dónde vino y por qué (procesos) ha pasado y cómo es que llega a la subasta”.

Al ser expertas, si hay un problema en la subasta estas casas cuentan con la información facilitada por el propietario de la obra, aunque ellos a su vez hacen investigaciones sobre libros, catálogos, subastas en el pasado y hasta exposiciones si es que las hubo, porque tienen que ver con el valor de la pieza pero, sobre todo, la plusvalía de lo que están ofreciendo.

“Las obras de arte no salen a venta sin haber sido investigadas, las casas de subastas planean sus ventas con meses de anticipación porque tienen muchas solicitudes así que todo está debidamente planeado. Seleccionan las piezas que van a funcionar, las equilibran para contar con un ritmo y tener éxito. Calculan todo a través de gráficas, con estudios sobre los públicos y el mercado del arte. Nada es gratuito, su prestigio vale más que un cuadro de 100 mil dólares, vale mil veces más”.

También experto en la obra de María Izquierdo, ve con buenos ojos que el Inbal haya solicitados a Sotheby’s retirar de la puja a su obra Caballos en el circo por contar con Declaratoria para “acreditar el cumplimento de las disposiciones legales aplicables en México y en Estados Unidos”, lo que significa que el instituto revisará su salida legal de México.

Lo mismo sucedió con Siqueiros por Siqueiros, que aunque sí se vendió, la casa subastadora informó que el cuadro, por contar con la Declaratoria, se entregaría en México.

Siqueiros por Siqueiros, 1930.

Capacidad creativa

Martín-Lozano explica que la declaratoria es un nombramiento con el que se distingue a alguien cuando su obra forma parte de la historia cultural del país, así como los valores y la capacidad creativa del artista.

“Es importante que el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura le ponga un acento en procurar que esas obras estén bien cuidadas y catalogadas, pero la propiedad privada sigue siendo privada. Hay que decir que las obras que se encontraban fuera de México cuando se emitió tal declaratoria no están cubiertas, no puedes hacer una declaratoria de algo que no estaba en México”.

La declaratoria, agrega el especialista, limita la exportación permanente; la exportación temporal sí se puede realizar, hay tantas exposiciones con los artistas que pueden salir y entrar, con permiso y claro.

Luis Martín-Lozano conoció a la señora Natasha Gelman, por lo que sabía que su colección estaba tanto en México como en Nueva York, donde contaba con residencia.

“Por lo que los cuadros que se subastaron podrían haber estado aquí en México o en Estados Unidos. Los que permanecieron en el país quedaron como monumento, es una responsabilidad del que compra que debe saber que si gestiona la exportación definitiva esa no está permitida sin una causal”.

Autor del libro Frida Kahlo. Obra pictórica completa, editado por Taschen, detalla que la colección Gelman estuvo viajando y enriqueciéndose con más adquisiciones, por lo que las exposiciones realizadas tenían cuadros nuevos que los Gelman compraron cuando estaban fuera de México.

Enfatiza que los Gelman tuvieron la oportunidad de haber donado su colección de arte a México así que habría que preguntarse también por qué no lo hicieron.

Él considera que influyeron muchos factores, “debieron darse las condiciones para que ellos dijeran: ‘les vamos a dejar 800 millones de dólares en obra en un museo’”.

BSMM

  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

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