Pérez-Reverte: Políticos, sin plano intelectual

El escritor presentó en Madrid Línea de fuego, novela situada en la Guerra Civil española.

“Aquí lo importante es lo humano, no los bandos”, dice el colaborador de MILENIO. Juan C. Hidalgo/EFE
José Antonio López
Madrid /

El escritor español Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) consideró que las generaciones actuales de políticos carecen de solvencia intelectual. Lo dijo durante la presentación en Madrid de su nueva novela, Línea de fuego (Alfaguara), donde se acerca a la parte humana de la Guerra Civil española.

“Las nuevas generaciones de políticos carecen de ese plano intelectual y recurren a argumentos maniqueos para suplir sus carencias. Y en las generaciones actuales el receptor es un joven sin capacidad para razonar esos discursos falsos emitidos por ignorantes”, dijo el colaborador de MILENIO.

No obstante, el autor de la saga de Alatriste subrayó que su objetivo con esta novela no es el de “una misión ideológica. El mundo que lo arreglen las ONG o los políticos, aunque sé que esta novela no va a gustar ni a los unos, ni a los otros”.

Explicó que su Línea de fuego es muy española. “Esta novela es sobre nosotros, no es una novela ajena que intenta mostrar algo exterior, es nuestra propia memoria”.

El escritor muestra un enfrentamiento encarnizado entre ambos bandos. Arranca en la noche del 24 al 25 de julio de 1938, durante la batalla del Ebro, cuando 2 mil 890 hombres y 14 mujeres de la XI Brigada Mixta del ejército de la República cruzan el río para establecer la cabeza de puente de Castellets del Segre, donde combatirán durante diez días. Sin embargo, ni Castellets, ni la XI Brigada, ni las tropas que se enfrentan en Línea de fuego “existieron nunca”.

Las unidades militares, los lugares y los personajes que en esta novela aparecen son ficticios, aunque no lo sean los hechos ni los nombres reales en que se inspiran. Fue así como padres, abuelos y familiares de numerosos españoles de hoy combatieron en ambos bandos durante aquellos días y aquellos trágicos años.

“Quería que, cuando el lector llevara cien páginas, le diera igual si era un legionario, un requeté, un comunista. Porque lo importante es lo humano (…) Un requeté de 15 años es distinto fuera del campo de batalla, dentro no: son las mismas vidas destrozadas de una guerra que no ganó nadie”, indicó el escritor. 


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