Rescatados de los “pescaditos de plata”, las polillas y termitas, los libros más antiguos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), que datan desde 1730 hasta 1950, son protegidos y preservados por el área de Infraestructura Académica, la cual se encarga de coordinar y brindar cuidado a los más de un millón 100 mil libros que se encuentran en los estantes de las 57 bibliotecas universitarias.
Hugo Esquinca, director de Infraestructura Académica, dijo que el más antiguo proviene de Francia y habla sobre la historia de la Conquista de México, el cual fue donado recientemente y es considerado un libro “joya” por su significado cultural e histórico, así como por su conservación después de casi 3 siglos. El segundo más viejo del acervo es “Brief Schrifften”, proveniente de Alemania.
Así como la obra de la Conquista de México, se cuenta con un libro único que data de 1904: un Diccionario de Aztequismos que contiene palabras del lenguaje náhuatl azteca mexicano, introducidas a la lengua en castellano. Dicha obra, según Esquinca, representa una parte esencial de la historia mexicana y un símbolo patrimonial que no es sencillo de hallar en otras bibliotecas de la República.
De la misma manera se encuentra una obra poética de Voltaire, primera edición, y el primer Diccionario Larousse que fue usado por alumnos del Instituto Literario y Científico en el siglo XIX; libros de Medicina Veterinaria, Física, uno que perteneció a Villada y un cuaderno de asistencia de profesores del Instituto que va desde 1919 a 1926. Estos son solo algunos de los mil libros antiguos que conservan un significado importante para la historia universitaria.
¿Cómo se restauran?
El proceso puede durar entre dos y tres años, todo depende del daño que tenga o de su estado, asimismo las fases de recuperación pueden ser sencillas y atendidas directamente por el área de Infraestructura Académica en la Biblioteca Central, la cual consiste en atender daños del empastado, sin embargo, si tiene mayores afectaciones como la presencia de insectos debe ser atendido por especialistas de patrimonio en la UAEMex, quienes se encargan de brindar todos los cuidados y elementos necesarios para su restauración.
Esta puede ir desde la limpieza de insectos, la coloración de imágenes, así como del empastado que deberá cumplir con los materiales de los que está hecho.
El especialista advirtió que además deben mantenerse en un espacio alejado de la luz solar, del viento, de la humedad elevada o temperatura alta.
“Son como un puro, deben estar protegidos en un lugar, de lo contrario se afectan y son propensos a que se “enfermen” al generar insectos que los deterioren. Además si uno llega a tener una polilla u otro insecto, puede infectar a todos los demás”.
El calor también es un factor importante; por ejemplo, dijo, las bibliotecas que se encuentran en zonas cálidas deben de tener un cuidado más riguroso que la Biblioteca Central, la cual, al estar en Toluca, tiene menos factores de riesgo porque su clima es menos cálido y con menos humedad. Para su conservación también se deben fumigar los ejemplares cada dos años.
Fondo de preservación
Por la relevancia histórica y literaria que conservan los libros, Esquinca anunció que se tiene un proyecto en puerta que pretende brindarle a la comunidad universitaria la oportunidad de consultar los títulos que se encuentran bajo resguardo; tendrán un protocolo de seguridad con la intención de que no dañen ninguno y ayudar a la cultura del cuidado y apreciación del arte literario, además de fomentar la educación e investigación.
Dicho proyecto mejorará la interacción de los estudiantes con el acervo de la UAEMex, y tendrá el objetivo de generar un sentido de identidad, pues es uno de los espacios que conserva el corazón de la literatura, cultura e historia de México y el mundo.
JASJ